INTERNACIONAL

Los regalos entre la Reina y Francisco

El Sumo Pontífice entregó a la reina de Inglaterra un presente para el "bebé real". Ella sorprendió con un whisky escocés. Galería de fotos

Intercambio de regalos entre el Papa Francisco y la Reina Isabel II.
| AFP

En el breve encuentro informal que mantuvieron esta tarde el Papa Francisco y la reina Isabel II de Inglaterra se realizó el clásico intercambio de presentes entre los mandatarios.

La reina Isabel II recibió del Pontífice un regalo para el "bebé real", el príncipe Jorge de Cambridge, hijo del príncipe Guillermo y su esposa, kate Middleton. El Papa envió al pequeño Jorge, que cumplirá un año en julio y tercero en la línea de sucesión al trono, un globo de piedra en lapislázuli coronado por una cruz de plata que es precisamente el símbolo del rey Eduardo el Confesor. En la base, dice en inglés: "Papa Francisco para su Alteza Real el príncipe Jorge de Cambridge".

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Al mostrarlo a la reina, el Papa dijo sonriendo, en español: "Es para el nietito" (bisnieto en realidad). Y la reina comentó: "Estará muy contento por esto", agregando después de una pausa, "cuando haya crecido".

A la reina, el Papa le regaló un antiguo pergamino de 1679 con un mensaje "Urbi et Orbi" del cardenal Cesare Facchinetti. El documento concierne a la figura de Eduardo el Confesor, que fue proclamado santo. "Oh, fue canonizado", comentó el príncipe Felipe, mientras la reina afirmó: "Es muy gentil de su parte, es algo muy interesante".

Por su parte, la Reina le regaló al Papa una cesta con productos de sus huertas (del Palacio de Buckingham, del Castillo de Windsor), huevos incluidos, según consignó la agencia ANSA. Además, le regaló a Francisco una botella de whisky procedente de Balmoral, en Escocia. "Espero que sea un regalo inusual para usted", dijo la reina. En la canasta dedicada al Sumo Pontífice fueron incluidos además miel, pan, jugo de manzanas y sidra.

La reina y el duque de Edimburgo regalaron también al Papa dos fotos de ellos firmadas, en marcos de plata. "Temo que se las debo dar -subrayó Isabel II-, es inevitable".