Washington – Un grupo de legisladores republicanos volvió a bloquear este sábado la posibilidad de debatir sobre la actual situación de la guerra en Irak. El debate debía realizarse en el Senado norteamericano pero, a pesar de haber obtenido 56 votos contra 34, los demócratas no lograron alcanzar los sesenta votos necesarios para discutir el proyecto.
Sólo horas después de que la Cámara de Representantes condenara el plan de Bush para Irak, y en una poco usual sesión sabatina, los demócratas no lograron el apoyo suficiente para iniciar un debate en el Senado. Un total de 56 senadores, entre ellos siete republicanos, votaron en favor del inicio del debate, pero quedaron a cuatro votos de los 60 necesarios para activar el mecanismo.
Se trata de la segunda vez –en menos de dos semanas– en que los republicanos se las ingenian para bloquear una discusión sobre la impopular guerra en Irak en el Senado, de unos cien miembros.
Los demócratas buscaban aprobar una resolución no vinculante que critica el nuevo plan de Bush para Irak y la idea de enviar 21.500 soldados adicionales. El viernes, la Cámara de Representantes desaprobó la conducción de la guerra por el presidente Bush.
La mayoría demócrata estaba dispuesta a sacrificar el receso legislativo de invierno (boreal) si lograba aprobar la moción para un debate. “Los senadores tendrán una nueva oportunidad de expresar sus puntos de vista sobre la guerra en Irak”, había prometido horas antes el jefe de la mayoría demócrata, Harry Reid.
“Los estadounidenses se merecen saber si su senador apoya al presidente y su proyecto de fortalecer nuestro involucramiento en Irak, o si está con la aplastante mayoría de los estadounidenses opuestos a esa escalada. Seamos claros: cualquiera que vote (contra la apertura de un debate) vota a favor de darle luz verde al presidente para una escalada de la guerra”, insistió.
Reid buscaba que el Senado se pronunciara sobre el mismo texto que aprobó el viernes la Cámara de Representantes con el apoyo de 17 miembros del Partido Republicano. Ese texto no vinculante representa la mayor desaprobación sufrida por Bush a su conducción de la guerra en Irak.
La resolución, en cambio, establece que “el Congreso desaprueba la decisión del presidente George W. Bush anunciada el 10 de enero de 2007” de enviar refuerzos, y que “el Congreso y el pueblo norteamericano continuarán apoyando y protegiendo a los miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses que sirven y sirvieron valiente y honorablemente en Irak”.
Como para subrayar el desprecio que el gobierno le dedicó al texto aprobado, el Pentágono anunció el viernes que aceleraría el ritmo del despliegue de los refuerzos: al menos mil soldados se embarcarán para Irak en marzo, tres meses antes de lo previsto.
Poco después la Casa Blanca destacó en un comunicado que la resolución es no vinculante. Pese a todo, los demócratas no piensan reducir sus presiones: “Si creen que lo que piensan los representantes del pueblo, expresado en una aplastante mayoría, es insignificante o meramente simbólico, entonces nuestra democracia está en peligro”, declaró el jefe de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer. "El presidente no puede vetar la decisión, la recomendación y la opinión del Congreso de Estados Unidos", destacó.
Poco importa que los republicanos bloqueen el debate en el Senado, afirmó el influyente demócrata Charles Schumer: "aumentamos poco a poco la presión sobre el presidente, y seguiremos haciéndolo". Es que, según las últimas encuestas, el 51 por ciento de los norteamericanos está a favor de la aprobación de un texto no vinculante y cerca de dos tercios (63 por ciento) espera un retiro de las tropas de Irak antes de que termine 2008.
En filas republicanas se acusa a la mayoría demócrata de truncar el debate al negarse a que el Senado se pronuncie sobre un tema relacionado con el texto y que divide a los demócratas: el financiamiento de la guerra. "La estrategia es evitar procedimientos controvertidos que dividen al grupo demócrata y que conciernen al financiamiento de las tropas y la limitación de los efectivos", se quejó el republicano George Voinovich.
El Senado deberá abordar en las próximas semanas el presupuesto para la "guerra contra el terrorismo" y debatir una solicitud de ampliación presupuestaria de 93.400 millones de dólares para 2007. En cambio, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó ayer, por 246 votos contra 182, la resolución no vinculante en rechazo al despliegue de 21.500 soldados adicionales para Irak impulsado por el presidente Bush.