INTERNACIONAL
Venezuela

Maduro gana un round clave en la lucha por mantenerse

Las protestas callejeras se desinflaron y el gobierno impuso la Constituyente. La oposición aceptó un llamado a elecciones y a dialogar. Sobrevida política para el chavismo.

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Grieta. Simpatizantes chavistas exhiben carteles de rechazo a las principales figuras de la opositora Mesa de la Unidad Democrática durante un acto público en Caracas. | DPA

Cuando parecía que su gobierno iba a implosionar, Nicolás Maduro logró salir del fondo del pozo. En los últimos días, el chavismo le ganó un importante round a la oposición en la pelea por el poder en Venezuela. Las protestas callejeras perdieron vigor y el oficialismo consiguió poner en funciones a la Asamblea Nacional Constituyente, pese a su ilegalidad de origen. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) incluso se vio forzada a reconocer un llamado a elecciones de gobernadores para octubre y a participar en conversaciones exploratorias para un posible diálogo con el gobierno.

Luego de cinco meses de violencia en las calles y más de 125 muertos por la represión policial, la continuidad de Maduro se veía amenazada por la movilización antichavista, la presión internacional y las incipientes fisuras en sus propias filas. Pero, al igual que Michel Temer en Brasil, el presidente venezolano pudo capear el temporal y hoy actúa desde una posición de fuerza impensada hace solo algunas semanas.

El Consejo Nacional Electoral (CNE), afín al chavismo, fijó esta semana la fecha para las elecciones a las 1as gobernaciones y alcaldías de los 23 estados del país. Esos comicios debieron celebrarse hace diez meses pero el gobierno dilató la convocatoria. El respeto al calendario electoral ha sido uno de los principales reclamos de la MUD desde que comenzaron las protestas. El problema es que el llamado a las urnas vino luego de que el oficialismo inaugurara una Constituyente cuyos miembros fueron elegidos en un proceso electoral denunciado por fraude.

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Golpe. “La instalación efectiva de la Constituyente deja muy maltrecha a la oposición –dijo a PERFIL el politólogo venezolano Luis Vicente León, director de la consultora Datanálisis–. El gobierno consiguió sofocar las protestas, lo cual es una derrota seria para la MUD ya que frustra su mayor intento por remover a Maduro por la vía no electoral. A la vez, el llamado a elecciones fue una jugada hábil: el costo de no participar sería altísimo para la oposición, pero al hacerlo, legitima implícitamente a un adversario a todas luces impresentable”.

Al mismo tiempo, representantes del oficialismo y la oposición se reunieron esta semana en República Dominicana para explorar la posibilidad de que se reanude la fracasada mesa de diálogo entre ambas partes. Las nuevas conversaciones también se iniciaron por iniciativa del gobierno. Mientras que el oficialismo anunció el encuentro con bombos y platillos, los enviados de la MUD llegaron al país caribeño casi en secreto, temerosos de que sus bases le reprochen sentarse a la mesa con quien hace algunas semanas los reprimía en las calles.

En opinión de Vladimir Villegas, un ex funcionario del chavismo que rompió con Maduro y hoy trabaja como analista político, “es un error ir al diálogo con vergüenza, es una especie de autochantaje que se impuso la oposición; hay que hacerlo abiertamente, porque no hay salida pacífica posible para Venezuela sin una negociación política”. Lo cual no significa pecar de ingenuidad. “Soy moderadamente pesimista respecto de las conversaciones –aclaró Villegas–. La experiencia previa demuestra que el gobierno suele usar estas instancias para ganar tiempo. La diferencia es que ahora se sienta a hablar en un contexto de fuerte presión internacional”.

En simultáneo, la MUD tendrá que activar la campaña para los comicios de octubre. Sus candidatos aún deben pasar el filtro oficial. Y lograr movilizar al electorado en un país en el que el voto no es obligatorio. Pese a la persistencia de la crisis económica y política, la oposición encuentra enormes dificultades para mantener firme el pulso de las calles. “La movilización que vimos en los últimos meses fue más masiva que lo usual, pero estuvo siempre concentrada en sectores de las clases medias urbanas –señaló León–. El antichavismo no logró extenderla hacia otros estratos sociales ni hacia el interior rural del país. Y aún no despuntó ningún líder opositor que genere esperanza y sea convocante, sobre todo para los sectores populares”.

Por si fuera poco, el chavismo logró además conservar la unidad de las Fuerzas Armadas, su principal sostén corporativo. Así las cosas, Maduro, por ahora, no se va.