afp/ap
Kiev
Para la canciller alemana Angela Merkel, el fin del conflicto militar en la frontera entre Rusia y Ucrania es una prioridad de su política exterior. Por eso ayer se reunió en Kiev con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y lo blindó con una ayuda de 500 millones de euros para reconstruir el este del país, devastado por la guerra.
El objetivo principal de la visita de Merkel a Ucrania fue demostrar su apoyo al nuevo gobierno y al impulso de un plan que permita terminar con el enfrentamiento armado entre las tropas regulares ucranianas y las milicias separatistas prorrusas del este. Poroshenko calificó ayer a la mandataria alemana de “buena amiga y abogada de Ucrania”, y subrayó que en los últimos dos meses hablaron en más de veinte ocasiones.
La visita de Merkel tuvo lugar en un momento especialmente delicado para las relaciones entre Kiev y Moscú, que empeoraron desde que un convoy ruso con ayuda humanitaria entró a la localidad fronteriza de Lugansk, del lado ucraniano, sin previa autorización de las autoridades de ese país.
El Kremlin decidió no esperar el visto bueno y calificó de “intolerables” los obstáculos “artificiales” que continuaba poniendo Kiev para facilitar el ingreso de los vehículos.
La decisión rusa fue criticada por la OTAN, Europa y Estados Unidos, que reclamó el inmediato retorno de los camiones. La columna de más 260 vehículos regresó finalmente a territorio ruso luego de abandonar Lugansk, ciudad en gran parte destruida por los bombardeos de la artillería ucraniana y cuya población sufre la escasez de alimentos y agua potable.
Ayer, Merkel llamó a Poroshenko y a su par ruso, Vladimir Putin, a discutir “los caminos hacia la paz que debemos recorrer”. La canciller reiteró su total apoyo a la integridad territorial en Ucrania. “Lo que ocurrió (la anexión de Crimea por Rusia) es una violación de la integridad territorial –sostuvo Merkel–. Si la reconocemos, ello afectará a toda Europa y alterará la coexistencia pacífica en el continente”.
En tanto, dos proyectiles ucranianos impactaron ayer en el Donbass Arena, el estadio del club Shakhtar de Donetsk –principal bastión prorruso–, y causaron severos daños en su fachada, aunque no provocaron víctimas. Se trata de la única cancha de fútbol con categoría UEFA de cinco estrellas en toda Europa del este.