Miles de brasileños marchan en diferentes ciudades de Brasil para exigir que la presidente Dilma Rousseff renuncie a su cargo y en rechazo al nuevo ministro de la Presidencia, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Los manifestantes se concentran mayoritariamente en San Pablo, siendo el segundo día consecutivo de reclamos en el país. Esta tarde, durante la fallida asunción de Lula como jefe de la Casa Civil, cargo que sólo pudo ejercer durante 40 minutos, se habían producido disturbios en el palacio del Planalto.
El acto de anoche fue motivado por la designación de Lula como ministro de la Casa Civil, y la divulgación de un audio en el que éste y Rousseff conversan sobre la firma anticipada del documento que oficializó su nombramiento. Esa grabación fue ordenada por el juez Sergio Moro, a cargo de la causa por corrupción en Petrobras que investiga la supuesta vinculación de Lula con esa trama de corrupción.
El magistrado explicó que había decidido levantar el secreto de las escuchas telefónicas de Lula y Dilma por considerarlo de "interés público". "El levantamiento permitirá no sólo el ejercicio de la amplia defensa de los investigados sino también un saludable escrutinio público sobre la actuación de la administración pública y de la propia Justicia criminal", argumentó el magistrado en la decisión en la que autorizó la divulgación de las escuchas telefónicas, según explicó EFE.