dpa/afp/ap
Desde El Cairo
En camilla y acompañado por sus hijos, el dictador egipcio Hosni Mubarak ingresó ayer a la corte que lo juzga en Egipto, acusado por la muerte de novecientos manifestantes durante el levantamiento popular de 2011 que lo derrocó. El proceso contra el ex mandatario, de 85 años, fue transmitido por televisión, en medio de una profunda crisis en El Cairo, tras el golpe de Estado que derrocó el 3 de julio al presidente Mohamed Morsi.
El rais, que está bajo prisión domiciliaria en un hospital militar, ya fue hallado culpable y sentenciado a cadena perpetua por no evitar la matanza, pero la condena fue derogada tras su apelación. Ahora, comenzó un nuevo juicio, que también tiene como acusados a siete funcionarios de seguridad, incluyendo el ex ministro del Interior Habib El Adly. Todos ellos enfrentan acusaciones de complicidad en las matanzas durante los 18 días de levantamiento.
Mubarak incluso podría ser condenado a pena de muerte por “concurso en homicidio” de cientos de manifestantes. Para resguardar su seguridad, fue trasladado en camilla hasta una jaula diseñada para los acusados, desde donde asiste a las audiencias.
El ex mandatario se sentó y saludó a dos de sus partidarias, que le sacaron fotos como si se tratara de una estrella de rock. Fuera del tribunal, unos veinte simpatizantes de Mubarak mostraban retratos del hombre que gobernó durante tres décadas el país más poblado del mundo árabe. Algunos llevaban también imágenes del general Abdel Fatah al Sisi, el nuevo militar fuerte de Egipto y jefe del Ejército.
En un alegato polémico, uno de sus abogados sugirió ayer que la Hermandad Musulmana, enfrentada con los militares, era responsable por la muerte de los manifestantes que protestaban contra Mubarak. Aunque la prensa cubrió ayer la audiencia, el juez Mahmud El Rachidi decretó la ausencia de los medios de comunciación en las próximas tres sesiones, entre el 19 y el 21 de octubre. Esas jornadas incluirán testimonios de ex funcionarios de seguridad, incluyendo el del ex jefe de espionaje Murad Muwafi. El actual ministro del Petróleo, Sherif Ismail, declarará también en relación con las acusaciones de corrupción.
Mubarak también enfrenta tres causas por corrupción, en las que está acusado junto a sus dos hijos. Mientras la Justicia aún no se decide a condenar a Mubarak, el gobierno interino respaldado por los militares continúa con la represión a los Hermanos Musulmanes de Morsi, el primer presidente elegido democráticamente en Egipto.
Morsi está detenido en un lugar desconocido. Tras una cruenta represión a miles de egipcios, el Ejecutivo decretó hace un mes el estado de emergencia y ordenó el toque de queda. La Primavera se marchita en Egipto.