Una madre británica que repatrió los restos de su hija, fallecida durante unas vacaciones en México en 2017, denunció que al cuerpo le habían sacado los ojos y todos los órganos. "Llegó vacía. Se robaron todo lo que tenía adentro", expresó la mujer.
Amanda Gill murió en diciembre del año pasado. Después de varios tramites judiciales, el cuerpo fue enviado a su familia, en Inglaterra. Al recibirlo y enviarlo a un hospital para que se realicen estudios que determinen la causa del deceso, su madre Elaine Hines, fue informada de que al cadáver le faltaban los órganos. Ante la falta de respuestas de las autoridades mexicanas, hizo pública su denuncia para intentar conseguir justicia.
Gill, de 41 años, viajó a la Ciudad de México con un grupo de amigas. A los días de haber llegado comenzó a manifestar un malestar y por ello se dirigió al Hospital de Cos. La mujer, que padecía diabetes, llegó con un dolor en el estómago. Sin embargo, su cuadro empeoró, entró en coma y murió repentinamente.
Cuando la familia de la joven quiso saber la causa de la muerte, luego de retptriar sus restos, decidió llevarlos un hospital de Inglaterra. Allí los médicos les manifestaron que no pudieron hacerle ningún estudio, dado que no encontraron nada dentro del cuerpo. Es por esto que, después de la devolución del cadáver, creen que la mujer pudo haber sido asesinada para robarle los órganos.
"No tiene sentido. No sé por qué no le midieron los niveles de azúcar en sangre ni le inyectaron insulina, que es la primera cosa que se hace cuando alguien con diabetes entra en un hospital", precisó Hines en declaraciones al medio The Mirror.
"¿Lo hicieron porque era extranjera? ¿Le robaron los órganos para venderlos? No lo sabemos. No tenemos las respuestas que necesitamos", completó la madre, quien detalló que el único órgano que quedó en el cuerpo de su hija fue el intestino delgado.
Respuesta del hospital. Desde el centro de salid argumentaron que en el establecimiento no se realizan trasplantes, y que, después de haber fallecido, el cuerpo fue sellado en una bolsa y enviado a la Policía sin haberle sacado ningún órgano.
Después, el cadáver fue enviado a la embajada inglesa y después viajó directamente hasta la localidad de Shipley, donde reside la familia. Ninguna de estas las dos entidades se hizo responsable de lo ocurrido con el cuerpo.
El parte oficial del Hospital de Cos informa que la paciente murió de una "congestión visceral". Pero, la familia acudió a distintos médicos que sostuvieron que el diagnóstico es dudoso y no explica completamente las causas de la muerte. "Cada vez hay más preguntas. Todos están tratando de pasarse la culpa y nadie se quiere hacer responsable. Lo único que hacen es cubrir todo", concluyó la madre, quien intenta determinar qué le ocurrió a su hija.
FDS/FeL