Latinoamérica, The Guardian- Durante el desayuno en el hotel, se enteró de las noticias, que no eran especialmente buenas, y después caminó a través del monumento a la guerra en la Plaza de la Paz, mientras se empapaba de sol e historia.
Más de una vez dijo que era sólo un ciudadano de visita por motivos personales. Pero cuando si nombre es Oliver North y estás en Nicaragua en vísperas de una elección, podrías tener problemas de credibilidad. No sería la primera vez.
El militante de la Guerra Fría y ex funcionario de la Casa Blanca volvió, el domingo pasado, al país al que está vinculado de forma indeleble, para hacer lo que mejor sabe hacer: reivindicar la “lucha por la libertad” y advertir sobre una amenaza izquierdista a los Estados Unidos.
“Es bueno volver”, dijo North, de 62 años, más frágil y más gris que durante los años 80, pero todavía un ex marine en muy buen estado físico. Una ronda de entrevistas y afirmaciones políticas terminó con la pretensión de que se trataba de una visita casual.
Para sus seguidores, fue muy agradable volver a recibir a un héroe que arriesgó su carrera para entregar dólares a los contra-revolucionarios durante la guerra contra el gobierno sandinista, una operación encubierta de la estrategia de Ronald Reagan durante la Guerra Fría.
Para los críticos, fue como ser testigos de la vuelta del criminal a la escena del crimen: un conflicto que le costó a Nicaragua 30 mil vidas, que destruyó la economía y que dejó como saldo un país polarizado.
“Nunca hubiéramos pensado que alguien que fue olvidado por la historia hace 20 años, volvería justo ahora”, dijo Jaime Morales, un ex contra-revolucionario, que ahora asegura que fue utilizado por Washington.
Como uno de los volcanes alrededor de Managua, North volvió a irrumpir en el centro de la escena por miedo a que el pequeño país centroamericano vuelva a caer en manos del enemigo.
Daniel Ortega, el líder sandinista, tiene fuertes posibilidades de volver al poder en las elecciones presidenciales del mes que viene. Los sondeos de opinión le dan el 33 por ciento de la intención de voto que, en medio de varios candidatos que no llegan a sumar números significativos, podría ser suficiente para ganar en primera vuelta el 5 de noviembre.
La posibilidad horrorizó a North, quien ahora se convirtió en político y activista por el conservadurismo. Le dijo a la televisión nicaragüense que “sería lo peor que podría pasar” y que debería ser una causa de preocupación para el país.
“Mi esperanza es que la gente de Nicaragua no vuelva a esto. No es bueno para su país. No es bueno para el mío”, dijo.
Ortega, de 60 años, todavía tiene el bigote pero renunció al marxismo revolucionario y prometió, en cambio, gobernar desde el centro moderado. Su campaña utiliza el color rosa pastel y el tema de Lennon, “Give Peace a Chance”, como himno.
North no compra el nuevo personaje, convencido de que el ex aliado del Kremlin podría formar un frente autoritario junto con Hugo Chávez, Fidel Castro y Evo Morales.
“Si gana, Ortega va a tener aliados claves en la región. Hombres que, de forma independiente, no representan una amenaza a nuestra seguridad pero que juntos podrían crear problemas para los Estados Unidos y los aliados democráticos de Latinoamérica”, escribió el ex marine en una nota.
“Desafortunadamente, Reagan ya no está pero Nicaragua parece un caso de ´Volver al futuro´”.
El motivo de esta visita de dos días es promover la candidatura del candidato liberal conservador, José Rizo, como la mejor opción para enfrentar a Ortega.
Juntos, Rizo y North posaron para la foto e intercambiaron halagos. “Oliver North es una persona que arriesgó su futuro político por Nicaragua”, dijo Rizo.
North fue despedido de la administración de Reagan, después de que se descubrió que vendió armas a Irán para financiar a los Contras, una movida que muchos creen fue apoyada por el presidente. El veterano de Vietnam admitió haberle mentido al Congreso y fue condenado por aceptar dinero ilegal, bloquear una investigación y destruir documentos.
Pero la sentencia fue revocada después de que algunos opinaran que la televización de su discurso ante el Congreso puede haber perjudicado su derecho a un juicio justo.
Después de candidatearse para el Senado y fracasar, “Ollie”, como lo conocen los amigos, se reinventó a sí mismo como novelista y como columnista de Fox News.
Dicen que la embajada norteamericana en Nicaragua estaba furiosa con la visita de North y que lo obligaron a declarar que se trataba de una gira de carácter personal.
Antes de dejar el país, el ex marine visitó a los caídos durante la contra-revolución y, en aparente referencia a Ortega, dijo que Nicaragua ya había sufrido demasiado por las influencias externas.
Traducción: Carolina Thibaud