A miles de kilómetros de su país, Nicaragua, donde es acosado por denuncias de fraude electoral, el presidente Daniel Ortega se reunió este jueves en Moscú con su homólogo ruso Dimitri Medvedev, en momentos en que Moscú reactiva las alianza de la ex Unión Soviética en América Latina.
El gesto del ex guerrillero sandinista de reconocer a Abjasia y Osetia del Sur, dos regiones separatistas prorrusas de Georgia, fue debidamente apreciado por Moscú y bien valió una gira con la "excusa" de firmar acuerdos comerciales. Hasta ahora, Rusia y Nicaragua son los únicos países en haber reconocido a esos dos territorios del Cáucaso. "Es un brillante ejemplo", manifestó el Kremlin sobre esa decisión en un comunicado previo a la visita, en el que recordaba igualmente el papel de Nicaragua durante la Guerra Fría frente a la influencia de Estados Unidos en Centroamérica y la "larga tradición" de vínculos con Moscú.
Según informa la agencia de noticias AFP, las discusiones entre Ortega y Medvedev se centrarán en temas comerciales, científicos y de obras de infraestructura, precisó el Kremlin. Sin embargo, las expectativas reales sobre el futuro de los acuerdo son dudosas.El diario ruso Kommersant señaló que los grandes proyectos de cooperación con los cuales Moscú quiere demostrar su agradecimiento a Nicaragua corren el riesgo de quedarse en meras palabras. "La mayoría de esos megaproyectos están destinados a no salir del papel", afirmó el rotativo.
Lejos del fraude. El presidente Ortega soporta una presión interna y externa, tras los cuestionados comicios municipales, que ganó el polémico Frente Sandinista, en los cuales la oposición denuncia fraude. En el tema intervinó Estados Unidos y advirtió el martes a Nicaragua que si en 90 días no resuelve las dudas sobre los comicios, perderá definitivamente la ayuda de la Cuenta Reto del Milenio (CRM) y podría enfrentar otras sanciones.
Quizás por la presión norteamericana, Ortega fue uno de los pocos presidentes del mundo que festejó y celebró públicamente el zapatazo a Geroge W. Bush, en su visita a Irak. El nicaragüense, enfrentado con EE.UU. lo dejó bien en claro al reforzar sus lazos con su ex aliado durante la guerra fría. Un dato más que habla de la excelente relación entre ambos países: hace algunas semanas, barcos rusos pasaron por las costas de Nicaragua sin la aprobación del Congreso, pero a pesar de ellos no hubo problemas de ningún tipo.
Moda Chapka. Tras el paso de Cristina por Moscú, la palabra Chapka se ha hecho familiar en el vocabulario político y el presidente de Nicaragua no quedó afuera en lo que a temas de moda se refiere. Ortega se paseó por Moscú con el tradiciona gorro ruso de piel de zorro plateado, "Chapka", como hizo la presidenta argentina hace algunas semanas. Otra fashion victim de la política internacional.