Rothley, Gran Bretaña (AFP) - Kate y Gerry McCann, declarados sospechosos en la investigación de la desaparición de su hija Madeleine en Portugal, volvieron a Gran Bretaña para preparar su defensa y demostrar su "total inocencia" en el caso.
Al llegar, se pusieron en contacto con el abogado Michael Caplan, quien defendió al dictador chileno Augusto Pinochet cuando España pidió la extradición por crímenes de lesa humanidad, según informan los medios británicos.
Los McCann también consultaron al abogado Angus McBride, quien, junto con Caplan, pertenece al bufete británico Kingsley Napley.
Los padres de Maddie llegaron ayer por la mañana al aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, cerca de su lugar de residencia habitual en Rothley (Leicester). "Somos totalmente ajenos a la desaparición de nuestra adorable hija Madeleine", dijo Gerry McCann, acompañado por su esposa y sus otros dos hijos, los mellizos Sean y Amelie, de dos años.
McCann pronunció esas palabras al leer un breve comunicado en el aeropuerto de Midlands, antes de partir hacia Rothley. Explicó que decidieron partir de Portugal después de haberlo pensado"muy profundamente" y porque "queremos que nuestros mellizos tengan, en la medida de lo posible, una vida normal en su país y reflexionar sobre lo que ocurrió en estos últimos días, que nos marcó tan profundamente".
Este viaje tiene lugar menos de 48 horas después de ser imputados por la desaparición en mayo de la pequeña Maddie del complejo turístico de Praia da Luz donde estaban de vacaciones. Según su entorno, son sospechosos de homicidio involuntario y ocultación de cadáver. Oficialmente todavía no hay cargos en su contra, pero el director adjunto de la policía judicial de Faro, Guilhermino Encarnacao, consideró ayer que "la hipótesis de la muerte de Maddie es cada vez más consistente".
La pareja, que clama su "total inocencia", puede tener que regresar esta semana a Portugal para declarar ante un fiscal, que puede tomar otras medidas en su contra, según la prensa portuguesa. Kate y Gerry McCann, ambos médicos de 39 años, fueron declarados formalmente sospechosos el viernes tras largos interrogatorios de la policía judicial, aunque quedaron en libertad.
En una entrevista publicada ayer en el diario británico News of the World, Gerry McCann insistió en que son "completamente inocentes". "Pero ahora luchamos por nuestras vidas. Estamos viviendo nuestra peor pesadilla y ahora las cosas no hacen sino empeorar, en un sistema que no conocemos y en el que no tenemos confianza... que da realmente miedo", declaró.
Sobre el terreno, la policía sigue investigando para "encontrar el cuerpo". Según la prensa, la búsqueda seguirá el lunes y se centrará en la zona de Praia da Luz, "entre tierra y mar". Además, los resultados de nuevos análisis de las pruebas recogidas son esperados para esta semana, según la radio TSF. Esas pruebas, efectuadas por el laboratorio de Birmingham (Inglaterra) y cuyos primeros resultados fueron recibidos el miércoles, condujeron a los investigadores a sospechar que el matrimonio, especialmente Kate, pudo haber matado accidentalmente a su hija y haberse deshecho de su cadáver.
Según las declaraciones de los padres, Maddie desapareció el 3 de mayo cuando dormía en compañía de sus hermanos, mientras sus padres cenaban a unos 50 metros.