Islamabad - El régimen paquistaní del general Pervez Musharraf anunció hoy, bajo la presión unánime de la opinión pública y la comunidad internacional, que las elecciones legislativas, previstas para enero antes de la declaración del estado de excepción, tendrán lugar finalmente un mes más tarde.
"Las elecciones se celebrarán en febrero", anunció a la agencia de noticias AFP el fiscal general de Pakistán, Malik Mohamad Qayyum que, en el derecho paquistaní, es el abogado del Gobierno. "El estado de excepción se levantará dentro de uno o dos meses", agregó.
Al mismo tiempo, la policía advirtió a la ex primera ministra, Benazir Bhutto, quien en octubre fue blanco del atentado suicida más sangriento de la historia de Pakistán del que salió ilesa, de que kamikazes islamistas se preparaban para atentar contra una reunión de su partido, mañana en los alrededores de Islamabad.
En la noche de ayer, Bhutto, que hasta entonces negociaba un acuerdo de reparto de poder con el presidente Musharraf, instó a los paquistaníes a "protestar masivamente contra el estado de excepción".
Musharraf, que tomó el poder hace ocho años con un golpe de Estado sin derramamiento de sangre, decretó el sábado el estado de excepción invocando la multiplicación de los atentados islamistas y la injerencia de la justicia en la lucha contra los extremistas.
Pero la oposición y los países occidentales coinciden en que ha encontrado un pretexto para mantenerse en el poder cuando se acerca la fecha de las legislativas.
Este anuncio del fiscal general tiene lugar en momentos en que Musharraf se encuentra bajo la intensa presión de la comunidad internacional, e incluso de Washington, su principal aliado en la "guerra contra el terrorismo" y principal financiador.
Pero también la opinión pública paquistaní ha expresado su descontento y celebró desde el sábado manifestaciones pacíficas, que la policía reprimió violentamente.
Más de 3.000 personas fueron detenidas o puestas bajo arresto domiciliario, en su mayoría abogados y magistrados, que desde hace ocho meses encabezan la oposición contra Musharraf, así como miembros de organizaciones de defensa de los derechos humanos y dirigentes de partidos de oposición.
Un tribunal antiterrorista ordenó hoy la puesta en libertad bajo fianza de 331 abogados detenidos en Lahore (este) acusados de "terrorismo" y "participación en disturbios", afirmó a la AFP su defensor, Aftab Ahmed Bajwa.
En Karachi (sur), las autoridades acusaron de sedición a cuatro personas, tres políticos y un sindicalista, por haber criticado el estado de excepción en sus discursos. La sedición es un delito que puede acarrear la pena de muerte en Pakistán.
La presión aumentó después de que Bhutto instase a protestar contra el estado de excepción. Hasta entonces la ex primera ministra se había contentado con reclamar el respeto del calendario electoral, porque desde hacía meses negociaba con Musharraf un reparto de poder con motivo de las legislativas.
Numerosos rivales y analistas políticos consideran que Bhutto lleva a cabo un doble juego y que su llamamiento de ayer tenía como único objetivo incrementar la presión sobre Musharraf, ya criticado por Washington, cuyos dirigentes apoyan de forma a penas velada un futuro tándem de poder Musharraf-Bhutto.
En tanto, el presidente estadounidense George Bush llamó por teléfono a Musharraf. "Mi mensaje es muy claro, muy fácil de entender: Estados Unidos quiere que se celebren las elecciones como estaba previsto", aseguró el mandatario.
Islamabad dio, sin embargo, una versión muy diferente de dicha conversación. "El presidente Bush elogió la acción del presidente Pervez Musharraf y el papel estratégico que juega Pakistán en la lucha contra el terrorismo y el extremismo, que constituye un desafío mayor no sólo para nuestro país sino para todo el mundo", según el ministerio paquistaní de Relaciones Exteriores.
Fuente: AFP