The Economist, el reconocido newsmagazine británico, le dedicó un extenso artículo a la gira sudamericana que el papa Francisco mantuvo por Ecuador, Bolivia y Paraguay durante esta semana. La revista definió al pontífice como “El papa peronista” al resaltar los tejidos políticos que llevó adelante Jorge Mario Bergoglio al frente de la iglesia.
El semanario contó que “los tres países que visitó el Papa son pequeños y pobres, cuya población, en su mayoría, está compuesta por pueblos originarios. Estos países fueron elegidos cuidadosamente”.
The Economist destacó la gran popularidad que cosechó el discurso de Francisco en estos países: “Si uno pudiese aplicar el el término a un prelado de 78 años de edad, que convirtió la falta de ostentación en un arte, entonces el Papa Francisco es una estrella de rock. O al menos es la forma en la que fue recibido esta semana en América Latina”.
“Francisco, que solía ser sacerdote jesuita en Argentina, valora el trabajo pastoral con los marginados, respeta la humildad popular y promete una ‘iglesia pobre, para los pobres’”, explicó.
Y continuó: “Sus palabras entusiasman a los defensores de la Teoría de la Liberación, un conjunto de ideas de izquierda que influenciaron a América Latina en las décadas de 1970 y 1980”.
En esa línea, la revista comenzó a desmenuzar la doctrina política del papa argentino: “El padre Bergoglio siempre rechazó al marxismo y la revolución violenta, que algunos sacerdotes de izquierda apoyaron. En lugar de adoptar la Teoría de la Liberación, está reinterpretándola para una era post-marxista”.
“Las críticas del Papa al libre mercado capitalista chocan tanto con la tradicional doctrina social católica como con el peronismo, el movimiento nacional-populista de Argentina, del cual fue muy cercano”, siguió.
La revista también incluyó un párrafo sobre las críticas que recibió el pontífice por reunirse con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en plena campaña electoral. Según la nota, “su meta entreteniendo a Kirchner es fomentar un traspaso de mando democrático y en paz, evitando la violencia y el caos que han marcado las transiciones políticas argentinas en el pasado”.
El grueso de las críticas que acumuló The Economist para con Francisco se centraron en que el líder religioso puede hacer “abuso” de su rol en la política internacional. "Su plan de ir a Cuba por cuatro días en septiembre, antes de ir a los Estados Unidos, podría enojar a los republicanos y poner en riesgo la mitad del viaje", señaló.