Barcelona –
Amnistía Internacional (AI) denunció hoy
“ausencia de
imparcialidad” en el caso del joven argentino Juan Pintos
, en prisión en Barcelona desde febrero de 2006, en un informe sobre
torturas y malos tratos de parte de las fuerzas de seguridad españolas.
Durante la presentación del documento, titulado
Sal en la herida, el director de AI,
Esteban Beltrán, afirmó hoy que la tortura y los malos tratos a personas detenidases una práctica “extendida” en la policía española, que actúa con
“impunidad”.
El informe documenta casos de torturas y malos tratos y acusa al
Estado español de incumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos, al “no tomar medidas para prevenir estos abusos” ni “garantizar
justicia a las víctimas” a través de “investigaciones eficaces”.
En el apartado del informe denominado
“Ausencia de imparcialidad, prontitud y rigurosidad en las
investigaciones”, AI presenta
el caso del argentino Juan Pintos y los chilenos Alex Cisterna y Rodrigo Lanza.
Los tres fueron detenidos el 4 de febrero de 2006 en Barcelona, después de que un agente de la
policía local resultó herido de gravedad en "circunstancias controvertidas".
"Los tres niegan toda implicación en el incidente y han afirmado también que fueron sometidos a
graves malos tratos físicos en el momento de la detención y mientras estuvieron detenidos en la
comisaría de policía", dice AI. El documento recoge los relatos de Pintos, Cisterna y Lanza ante la
justicia, donde explicaron
los abusos, malos tratos, y trato degradante con tintes racistas que sufrieron
desde el momento de su detención a manos de la policía local.
AI subraya que los tres presentaron las denuncias de malos tratos al mismo tiempo que se les
formularon cargos en su contra por las lesiones sufridas por el policía, en el mismo juzgado de
instrucción, bajo control de la misma jueza.
"La celeridad con que se ha investigado cada caso presenta grandes diferencias", señala al
respecto AI, y precisa que la fase de instrucción del caso de intento de homicidio
concluyó en junio de 2006, con fecha de juicio para el 7 de enero de 2008, mientras el caso de
torturas fue archivado a fines de julio último.
También denuncia que hasta enero pasado no se había citado a nadie a declarar como testigo
sobre la denuncia de malos tratos y que "la juez de instrucción no solicitó información a las
fuerzas policiales implicadas hasta el 12 de marzo de 2007, más de un año después de los hechos.
Los abogados de los denunciantes solicitaron a la juez que organizase una rueda de reconocimiento
para identificar a los agentes presuntamente responsables de los malos tratos, pero la defensa y el
fiscal se opusieron a esta petición".
Tras ordenar a uno de los jóvenes examinar una fotocopia con 20 fotos pequeñas de policías en
blanco y negro, para identificar a los presuntos agresores, la jueza dispuso el sobreseimiento
libre y archivo de la denuncia a fines de julio de 2007. Al parecer "los jueces aceptan la palabra
de los testigos policiales como prueba suficiente –y como verdad– para archivar un caso
sin investigación adicional", añade el documento.
Fuente:
Télam