Augusto Pinochet pretende ser incinerado para evitar que su tumba sea profanada, mientras se especula que sus funerales serán sin honores de Estado como está dispuesto por lo normal para ex presidentes de la República. El dictador superó el estado crítico y es probable que mañana abandone la terapia intensiva.
" Fue una decisión de mi padre que lo cremen cuando fallezca. Lo manifestó hace ya mucho tiempo", afirmó el hijo varón menor del dictador, Marco Antonio Pinochet, al diario La Segunda de Santiago, y admitió que una de las mayores razones para elegir esta alternativa es evitar que su tumba pueda ser profanada.
Además, en declaraciones que reproduce hoy el diario La Tercera, el hijo de Pinochet respondió a quienes cuestionan la gravedad de la condición de salud de su padre, quien se encuentra internado desde la madrugada del domingo en el Hospital Militar luego de sufrir un infarto agudo al miocardio y ser sometido a una angioplastía.
"Que hagan todas las auditorías que quieran, todas, yo estoy abierto a que vayan, hablen con los médicos, pidan los exámenes, todo, abierto a todo. Por supuesto que no lo van a hacer porque saben que lo que estamos diciendo es verdad", señaló en entrevista con Radio Cooperativa.
El último parte médico, leído hoy por el médico Juan Ignacio Vergara, dijo que Pinochet “evoluciona satisfactoriamente” y que posiblemente mañana abandone la sala de cuidados intensivos para pasar a una sala de cuidados intermedios.
"En este momento podemos decir que la etapa crítica ha sido superada", dijo Vergara, jefe del equipo médico que atiende a Pinochet.
"El general se encuentra en buenas condiciones en este momento, está bien, consciente, conversa" agregó Vergara, aunque precisó que "la edad avanzada del paciente" determina que continúe en la unidad coronaria del hospital hasta que los médicos le den el alta.
“Hoy se va a levantar de su cama y va a realizar ejercicios”, dijo el médico en declaraciones a la prensa.
Consultado por la libertad provisional concedida ayer a su padre, en el marco de un episodio del caso Caravana, Marco Antonio aseguró que "llega un poco tarde esa libertad porque la verdad que estando en la condición en que él está, no creo que pueda salir ni partir para ninguna parte, la verdad que la libertad que llegue en estos momentos no cambia mucho esta situación".
Por su parte, la mayor de las hijas de Pinochet, Lucía, dijo hoy que su padre no pedirá perdón por las violaciones a los derechos humanas cometidas por su régimen.
El pasado 25 de noviembre, cuando cumplió los 91 años, Pinochet dijo en una carta pública leída por su esposa, Lucía Hiriart: "Hoy, cerca del final de mis días, quiero manifestar que no guardo rencor a nadie y amo a mi patria por encima de todo y asumo la responsabilidad política de todo lo obrado".
Hoy, durante una entrevista con la Televisión Nacional de Chile, su hija dijo: "Mi padre piensa que pedir perdón es una cosa política, y él no lo va a hacer".
