Víctor Saldaño es el único argentino condenado a la pena de muerte en Estados Unidos. El hombre, oriundo de Córdoba, está preso desde 1996 cuando fue hallado culpable del asesinato de un comerciante.
Pasa sus días en el denominado “corredor de la muerte”, donde se alojan los reos que esperan la ejecución. Con motivo de la visita de Francisco a dicho país, la madre del preso tiene esperanza en que Su Santidad interceda para evitar el anunciado final de su hijo.
Lidia Guerrero, la madre del condenado que no ve a su hijo desde 2012, aseguró a BBC Mundo: "Tengo esperanza de que el papa Francisco logre convencer a las autoridades estadounidenses de que no ejecuten a mi hijo”. Y agregó: "Creo que hablará sobre el caso de mi hijo porque es un ejemplo perfecto para mostrar lo injusto que es el sistema y por qué debería ser abolida la pena de muerte".
El Sumo Pontífice tuvo en 2014 una breve reunión en el Vaticano con la mujer. En esa ocasión, ella relató que Francisco le dijo: "¡Si habré rezado por ese cordobesito!".
Si bien el Papa no se comprometió a involucrarse en el caso, sí ha hecho público que se opone a la pena de muerte.
El caso. El 25 de noviembre de 1995, Víctor Saldaño y el mexicano Jorge Chávez abordaron a un comenrciante estadounidense de nombre Paul Ray King (de 46 años) en el estacionamiento del supermercado en el norte de Dallas. Lo secuestraron en el propio automóvil de la víctima, lo condujeron a las afueras de la ciudad y allí lo asesinaron a tiros, al parecer cuando quiso escaparse. Luego le quitaron el reloj y le robaron 50 dólares.
En julio de 1996 se realizó el primer juicio contra el argentino, donde la Justicia del Estado de Texas lo condenó a morir mediante una inyección letal. Su cómplice, quien tuvo la suerte de confesar antes que el cordobés, recibió cadena perpetua.
El fallo fue apelado por los abogados de Saldaño, quienes objetaron que la sentencia estuvo rodeada de conceptos racistas. La Corte Suprema de Estados Unidos les dio la razón y Texas tuvo que realizar otro juicio.
En 1999, la Corte Suprema de Justicia del Estado de Texas ratificó la condena. Se reiteró la apelación, pero la Corte ratificó la pena de muerte en 2002 y 2004. En 2005, el Estado tejano volvió a condenar a muerte a Saldaño, aunque en ese momento las facultades mentales del argentino no le permitieron comprender lo que pasaba. Es por eso que la defensa volvió a apelar el fallo y en estos momentos se encuentra en estudio.
Los abogados de Saldaño han presentado diferentes hábeas corpus para hacer cesar las extremas condiciones en las que está alojado Saldaño en el llamado «corredor de la muerte». La intención de la defensa del cordobés no es que lo exoneren del delito cometido, sino que dados los vicios jurídicos y procesales observados a lo largo del tiempo, se le permita recluirlo en una cárcel común.
En 2015 se volvió a pedir que lo ejecuten, pero miembros del consulado argentino en Houston (Texas) lograron hacerlo desistir.