A Mariano Rajoy el tiempo se le está acabando. El presidente español negocia con desesperación para que el PSOE y Ciudadanos no boicoteen su investidura, en el inicio de las negociaciones para formar el próximo gobierno. Día a día crecen las versiones sobre una posible solución “a la catalana” de la parálisis de gobierno, con el mandatario dando un paso al costado, al igual que Artur Mas, y siendo reemplazado por otro dirigente del Partido Popular.
El rey Felipe VI recibirá a partir de mañana a dirigentes de las quince fuerzas con representación parlamentaria, para proponer un candidato a la presidencia. La fragmentación política requerirá negociaciones a varias bandas, de cara al debate de investidura que tendrá lugar a principios de febrero. Las acusaciones por corrupción que le espetó Pedro Sánchez en el último debate y su baja popularidad parecen ser los principales escollos para que la figura de Rajoy sea aceptada por las otras formaciones. “Esa ha sido una especulación preelectoral, incluso se creía que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ocuparía su lugar. Un candidato alternativo del PP no buscaría que el PSOE votara a su favor, sino que no votara en contra. Este es un escenario totalmente nuevo desde la vuelta de la democracia”, confió a PERFIL Francisco de Borja Lasheras, director adjunto de la oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Otra de las figuras del PP que es valorada por la oposición es Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que llegó a un pacto de gobierno con Ciudadanos.
Pese a haber triunfado en las elecciones presidenciales del pasado 20 de diciembre, Rajoy no obtuvo una mayoría absoluta que le permitiese revalidar su gestión, por lo que se vio obligado a embarcarse en intrincadas negociaciones para continuar en el Palacio de la Moncloa. Sin embargo, los partidos lo miran con recelo y hacen cálculos sobre la conveniencia o no de convocar nuevas elecciones.
Para Borja de Lasheras, Rajoy no quiere correr la misma suerte que Mas. “El Partido Popular es bastante cohesionado, no creo que vaya a exponer en público sus divisiones. Ni tampoco parece que Rajoy esté dispuesto a hacerse a un lado. Sería una derrota muy grande para él y el partido”, explicó.
Si Rajoy no es investido en dos votaciones en el Congreso, el PSOE buscará hacer lo propio. En caso de no obtener apoyos, habría nuevos comicios en mayo. Para evitarlo, Rajoy podría ser el nuevo Mas.