El asesor en Economía de la Casa Blanca, Gary Cohn, renunció a su cargo en un comunicado oficial, mientras medios locales atribuyeron la renuncia a desacuerdos sobre políticas comerciales. Dijo que había sido un honor servir a su país y que le agradecía al presidente, Donald Trump, la posibilidad que le había dado de hacerlo. Trump le agradeció por su trabajo. La renuncia es la última de una serie de renuncias de funcionarios de algo rango desde que Trump es jefe de la Casa Blanca. Entre los que partieron se encuentran los asesores Hope Hicks y Rob Porter, así como Steve Bannon, quien también desempeñaba un papel central en el armado de la agenda presidencial.
Gary Cohn, quien se desempeñó como consejero economista en jefe del presidente Donald Trump y director del Consejo Económico Nacional, era considerado uno de los personajes más influyentes dentro de la actual administración estadounidense. Experto en mercados financieros, se unió al banco de inversiones Goldman Sachs en 1990, donde ascendió hasta convertirse en su presidente entre 2016 y 2017. Antes de que abandonara ese cargo para sumarse a la administración Trump, era visto dentro de la entidad como un potencial sucesor del CEO Lloyd Blankfein.
Trump había pensado en su nombre como posible sucesor de Janet Yellen al mando de la Reserva Federal, pero aparentemente Cohn perdió los favores presidenciales luego de considerar que el mandatario había sido demasiado tibio al momento de condenar el accionar de manifestantes neo-nazis el año pasado en Charlottesville, Virginia.
En aquel entonces, la Casa Blanca tuvo que salir a desmentir que Cohn, de credo judío, fuera a renunciar por desacuerdos en esta materia. Y el mismo Cohn negó en enero que fuera a dejar la administración luego de que trascendiera que había hablado de Trump. Cohn lideró la coordinación de la agenda en materia de política económica internacional y guió los pasos hacia el objetivo de lograr un aumento del producto bruto interno. Desempeñó un papel crucial en lo que respecta a la desregulación y en los preparativos para el Foro Económico Mundial de enero de 2018, según un comunicado de la Casa Blanca.
LA GENTE VA Y VIENE
Los especialistas aseguran que la renuncia de Cohn esmiente la declaración hecha por Trump unas horas antes de que la Casa Blanca funciona sin problemas, a pesar de la ola de renuncias y de las investigaciones que penden sobre varios miembros del personal cercano al presidente.
Trump dijo en Twitter que no había "caos en la Casa Blanca", tachando a todas las afirmaciones en ese sentido de "noticias falsas" mientras trataba de tranquilizar a sus seguidores de que su administración no había perdido el rumbo. "La gente siempre va y viene", dijo después de que su ayudante más cercana, Hope Hicks, y el secretario de personal, Rob Porter, renunciaran en medio de escándalos.
El primer año de Trump en el cargo fue un frenesí de renuncias y luchas internas, que los analistas atribuyen a los intereses enfrentados y a la inexperiencia y al estilo peculiar de gestión del presidente. Pero Trump insinuó de todas maneras las cosas no son perfectas y que van a producirse otras novedades: "Todavía tengo algunas personas que quiero cambiar (siempre buscando la perfección). ¡No hay caos, solo una gran energía!", tuiteó.
