En medio de la campaña por el referéndum que se convocó para el próximo 21 de febrero y definirá por sí o por no la reelección indefinida, estalló el escándalo en Bolivia. Una amante, -ahora- exitosa empresaria identificada como Gabriela Zapata, y el acta de nacimiento de un hijo oculto del mandatario pusieron en el ojo de la tormenta al presidente, Evo Morales.
La noticia que sacudió al Estado Plurinacional de Bolivia la dio el periodista opositor Carlos Valverde, quién sostuvo que actualmente "el gobierno está desesperado, sale a pelear con todo el mundo y se está equivocando muchísimo". Morales tuvo que salir a dar declaraciones para explicar que conoció a "esta señora" en 2005 y que en 2007 tuvieron un hijo que luego finalmente falleció.
En su declaración, el presidente detalló que hace una década no tiene contacto con Zapata, quien habría pasado a dirigir, según el testimonio opositor, una empresa china con sede en Bolivia. Un hecho que fue presentado como "tráfico de influencias".
Se trata de la firma CAMC Engineering (CAMCE), que ganó licitaciones directas por valor de 566 millones de dólares. Según Valdeverde, la supuesta amante de Morales ocupa el cargo de gerente comercial en la empresa.
Las críticas al presidente por el ostentoso negocio que involucra a la empresa de su expareja no tardaron en llegar. También generó malestar el ocultamiento del hijo fallecido, anotado en el registro civil como Ernesto Fidel Morales Zapata, mientras ya cumplía funciones al frente del Ejecutivo y la juventud de la mujer, que al momento de dar a luz tenía solo 20 años, treinta menos que Morales.
Tras la ratificación del mandatario sobre los hechos que lo involucran, y una posterior desmentida, pidió al poder legislativo, donde su partido cuenta con mayoría, que se investiguen irregularidades en las adjudicaciones firmadas con CAMCE.
Zapata, por su parte, también dio testimonio sobre la situación, aunque solamente se limitó a advertir y amenazar con ir a la justicia "a todos aquellos que lanzan calumnias y mentiras".