Un cuadro del famoso pintor impresionista Edgar Degas, robado en 2009, fue hallado por agentes de aduana franceses en el compartimiento de equipaje de un autobús cerca de París. Se trata de "Las Coristas", propiedad del Museo D'Orsay, había sido robado el 31 de diciembre de 2009 en el Museo Cantini en Marsella (sureste), establecimiento al que se había prestado la obra para una exposición, junto a otras obras del célebre artista. Las pequeñas dimensiones de la obra, 32x27 centímetros, habían sido tal vez las que incitaron su robo, al menos esa era la interpretación de la policía en el moment del robo, pero su pista se perdió y no se supo más del cuadro, hasta que este jueves, agentes aduaneros franceses que hacían una inspección de rutina, al abrir una valija se encontraron con tan cara sorpresa. Por supuesto que se intentó de inmediato ver a quien pertenecía la valija, pero todos los pasajeros guardaron un silencio sepulcral y cuando se los indagó repitieron que la maleta nada tenía que ver con ellos. Ello permite inferir que el ladrón, si estaba en el pasaje, asistió impasible al procedimiento policial, que le significó perder cerca de 10 millones de euros.
El valor del Degas generó en su momento confusiones, el Museo Cantini llegó a hablar de 30 millones de dólares, pero luego se consideró que esa cifra era exagerada, y como valor de mercado actual cabe señalar que otro cuadro de Degas, Dans les coulisses, de un tamaño algo mayor que Las Coristas, será subastado por Christie’s en Londres el 27 de febrero con un precio de salida de entre 10 y 13 millones de euros..
Esa estimación permite considerar que el valor de Las Coristas ronda actualmente los 10 millones de euros, pero como hasta el momento no se ha podido vincular a ninguno de los pasajeros con la valija, el episodio todavía no tiene detenidos. De inmediato la policía convocó a los especialistas del Museo D'Orsai, que confirmaron que se traaba de la obra pintada por el célebre Edgar Degas en 1877. Había desaparecido la última noche del año en 2009 y la distingue un detalle muy especial: es la única obra del artista nacido en Francia en 1834 inspirada en ópera en la que no aparecen bailarinas. Ahora volverá a las salas del Museo D'Orsai, en París, considerado una de las colecciones más importantes del mundo de arte del siglo XIX.