Aunque no son nuevas, las acusaciones que vincularon esta semana a un sector del chavismo con el narcotráfico impactaron a la opinión pública internacional. Una investigación del diario The Wall Street Journal denunció que Venezuela es una “autopista de la droga” y que prominentes líderes del chavismo, entre ellos Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, estarían involucrados en el tráfico de estupefacientes y el lavado de dinero. La Justicia de los Estados Unidos investiga esa hipótesis, que fue rechazada por el gobierno de Nicolás Maduro, quien, sin embargo, evitó pronunciarse sobre el tema.
Según el diario norteamericano, la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y fiscalías federales de Nueva York y Miami investigan hace años a jerarcas chavistas, que integrarían el llamado Cartel de los Soles. La Justicia estadounidense se basa en declaraciones aportadas por narcotraficantes, ex funcionarios y desertores del ejército venezolano. “Hay grandes pruebas para justificar que Cabello no es sólo uno de los jefes, sino el jefe del cartel”, aseguraron a ese medio fuentes del Departamento de Justicia.
The Wall Street Journal sostiene que sólo en 2013, 131 toneladas de cocaína –la mitad de la producción en Colombia– fueron traficadas a Venezuela. La cifra es insólita, teniendo en cuenta que en la República Bolivariana no se cultiva hoja de coca ni se produce esa droga. “Los resultados de las investigaciones en Estados Unidos dibujan una situación de narco-Estado”, afirmó a PERFIL el periodista Emili Blasco, autor del libro Bumerán Chávez, en el que entrevista a testigos de los tribunales norteamericanos. “Las causas abiertas, como la anunciada en agosto de 2014 contra el general Hugo Carvajal, o la que pudiera afectar a Diosdado Cabello, no tratan de develar toda la estructura organizativa del Cartel de los Soles sino de concretar la implicación específica de esas personas en el negocio de la droga”, agregó desde Washington.
En su libro, Blasco cita a Leamsy Salazar, ex jefe de seguridad de Hugo Chávez, quien desertó en enero de este año y viajó a los Estados Unidos. El capitán de corbeta, que también trabajó para el presidente de la Asamblea Nacional, es el principal testimonio con que cuenta la Justicia norteamericana. “Él vio personalmente cómo Cabello impartía las órdenes a Carvajal para la salida de unas lanchas que iban hacia Aruba cargadas de droga”, explicó el corresponsal del diario español ABC.
Defensa. En una sesión del Congreso, Cabello negó las acusaciones de la prensa internacional, a las que calificó como una “campaña contra la patria” y un “ataque contra la institucionalidad venezolana”. “Yo no me rindo. No me rindo ni hoy ni mañana, ni nunca”, aseveró. Su encendida defensa incluyó demandas a diarios y periodistas venezolanos que reprodujeron la denuncia.