Hawaii sigue en alerta máxima y se declaró el estado de emergencia, luego de que un temblor de magnitud 6,9 afectó este viernes al archipiélago sobre la ladera del volcán Kilauea, cuya entrada en erupción ha provocado múltiples flujos de lava y emanaciones de vapor extremadamente peligrosas.
No obstante, según informacón oficial, este sábado se levantó la prohibición temporal de despegar y aterrizar en el aeropuerto internacional. La compañía eléctrica Hawaii Electric Light detalló, también, que quedaron sin suministro unas 14.000 personas.
Aunque no se reportaron víctimas mortales, el gobernador David Ige, activó la Guardia Nacional para brindar ayuda con la logística de evacuación y prevención. Unos 700 edificios y 1.700 personas fueron desalojados y los residentes evacuados fueron albergados en centros comunitarios.
Escuelas y niversidades también fueron cerrados y las clases suspendidas. Además, tramos de una importante autopista fueron bloqueados por riesgo de presencia de gas sulfúrico. Según la Agencia de Defensa Civil de Hawaii, se reportaban hasta el momento un total de seis grietas eruptivas por las cuales estaba saliendo lava a más de 1.200 grados centígrados.
Las autoridades advirtieron, además, que la orden de evacuación podría extenderse. “Todavía no hay una situación estable”, dijo el departamento de Defensa Civil de la isla Talmadge Magno en declaraciones al canal CNN. “Esto no terminó, podría volver a intensificarse en cualquier momento. No sabemos cómo va a ir esto”, aseguró.
El temblor se registró a las 22H32 GMT con una profundidad de 5 kilómetros y a 16 km de Leilani Estates, una de las localidades donde las autoridades se movilizaron para poner a centenares de habitantes a resguardo de la erupción del volcán. Poco antes, se había sentido un sismo de magnitud 5,7.
Según explicó Jane Babb, portavoz del Observatorio Volcánico de Hawaii, los terromotos fueron causados por la adaptación de las capas tectónicas bajo la superficie que deben reacomodarse después de las miles de toneladas de lava que emergieron.
Para el servicio estadounidense de geología y sismología (USGS), el sismo se produjo "casi exactamente en el mismo lugar que el mortal terremoto de 1975, que tuvo una magnitud de 7,1" y dejó un saldo de dos muertos y 28 heridos, la más grande del archipiélago situado en el Pacífico.
Autoridades del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), de la unidad del observatorio vulcanológico, vigilaban y evaluaban por medios terrestres y aéreos la magnitud de la erupción, que comenzó el jueves alrededor de las 16H45 locales (00H45 GMT) luego de docenas de temblores que se registraron en los últimos días. Un funcionario añadió que en la zona habitan unas 10.000 personas.