Agencias
El papa Francisco comenzó en Ecuador su noveno viaje internacional, el más largo de los realizados hasta el momento, segundo al “continente de la esperanza”, en el que visitará también Bolivia y Paraguay. Cada país se prepara para recibir millones de fieles de sus vecinos, con operativos de seguridad que deberán lidiar con la espontaneidad de Francisco ante la gente.
Ecuador. Francisco se encontrará con un ambiente crispado por manifestaciones que reclaman cambios en las políticas económicas y laborales del gobierno, e incluso la renuncia del presidente Rafael Correa, mientras la Iglesia pide unidad y tolerancia.
“Estamos viviendo una situación especial, nuestra preocupación es qué pasará, hemos pedido una y otra vez la calma, que depongamos todos las actitudes de unos en contra de otros”, dijo ayer el titular de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Fausto Tévez.
El Papa se reunirá con Rafael Correa y oficiará dos misas, el lunes y el martes, en las que se espera al menos tres millones de fieles, en un país en el que el 80% de la población se declara católica. También visitará en Quito una residencia de ancianos y en Guayaquil almorzará con jesuitas en el Colegio Javier. El embajador ecuatoriano ante la Santa Sede asegura que “no viajará en el papamóvil, cerrado y blindado, porque confía en el pueblo y dice que su mejor seguridad son los fieles”.
Bolivia. El miércoles, Francisco partirá a La Paz, donde se reunirá con Evo Morales. Para evitar los efectos de la altura, contará con un tubo de oxígeno las cuatro horas que dure su visita. Después irá a Santa Cruz de la Sierra a cerrar el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares.
Si bien desde el Vaticano ya adelantaron que el Pontífice no hablará del reclamo histórico que tiene Bolivia con Chile por la salida al mar, que fue llevado a la Corte de La Haya, fuentes bolivianas dijeron no descartar que lo haga. En Chile, el canciller Heraldo Muñoz advirtió meses atrás sobre el riesgo de una “politización” de la visita a Bolivia. El Papa comparte la idea de una solución enmarcada en una perspectiva de paz entre ambas naciones.
Paraguay. La última etapa de su viaje será Paraguay, el país con mayor proporción de católicos de la región. Aquí, Francisco visitará uno de los barrios más pobres de Asunción, Bañado Norte, que lo aguarda con gran expectación. En Paraguay, Francisco oficiará una misa en el santuario de la Virgen de Caacupé, patrona del país, a la que se espera que asistan más de un millón de argentinos y brasileños.
“No hay líderes de por vida”
Los “líderes de por vida”, como existen en las dictaduras, no tienen cabida en la Iglesia, afirmó el Papa. Francisco se expresó así el viernes por la tarde en la Plaza de San Pedro, en un largo discurso improvisado –divulgado ayer por la Santa Sede– ante decenas de miles de miembros del Congreso Nacional de la Renovación en el Espíritu Santo, un movimiento que insiste en los “dones” del Espíritu Santo, como los pentecostales. Refiriéndose a “casos tristes” de dirigentes laicos de la Iglesia que se creen “irreemplazables” y “eternos”, Francisco afirmó que “hay que prever un tiempo limitado para los cargos, que son en realidad servicios”. “Para todos los servicios en la Iglesia, es bueno que tengan un vencimiento, no hay líderes de por vida en la Iglesia. Esto pasa en ciertos países donde hay dictadura”, apuntó. El Papa suscitó controversias al afirmar que la dimisión de Benedicto XVI había sido un gran gesto y que había sentado un precedente legítimo. Para católicos tradicionalistas el papa, elegido por los cardenales bajo la inspiración del Espíritu Santo, debe seguir siendo pontífice hasta su último suspiro.