El presidente Donald Trump impuso por decreto nuevas trabas al ingreso al país de "musulmanes radicales" como refugiados y prometió una "gran reconstrucción" del gigantesco aparato militar de Estados Unidos.
En un discurso en el Pentágono durante la investidura de James Mattis como nuevo secretario de Defensa, Trump dijo que Estados Unidos "no admitirá en nuestro país a las mismas amenazas que nuestros soldados enfrentan en otros lados del mundo".
Por ello estableció un sistema de "chequeo extremado" para "mantener a los terroristas islámicos radicales fuera de Estados Unidos". No los queremos aquí", puntualizó.
El mandatario dijo que a partir de ahora su gobierno admitirá en territorio estadounidense "a quien apoye a nuestro país y a quien ame a nuestro pueblo".
Durante la campaña electoral, Trump provocó una espectacular polémica al sugerir un congelamiento total del ingreso de refugiados provenientes de países de mayoría islámica.
El decreto firmado este miércoles no impone una veda automática a esos refugiados, pero establece trabas para que las visas sean otorgadas.
El nuevo presidente estadounidense firmó también un decreto que sienta las bases para lo que definió como una "gran reconstrucción" del aparato militar.
Esto se hará "desarrollando planes para nuevos aviones, nuevos navíos, nuevos recursos y nuevas herramientas para nuestros hombres y mujeres uniformados", expresó.
"Nuestro poderío militar no será cuestionado por nadie, pero tampoco lo será nuestra dedicación a la paz. Queremos paz", añadió.
Mientras estampaba su firma en el decreto sobre reconstrucción militar, Trump bromeó: "Reconstruir nuestras fuerzas armadas. Esto es grande. ¿No suena bien?".
Este decreto determina que el secretario Mattis tiene ahora un plazo de 30 días para hacer una revisión de la situación general de las Fuerzas Armadas y presentar a la Casa Blanca una lista de recomendaciones para mejorar esas condiciones.