INTERNACIONAL
mohamed el baradei

Un Nobel de la Paz para el gobierno militar de Egipto

El Ejército piensa en el ex jefe de la AIEA para dar un mensaje a Occidente. Oposición de los islamistas.

Energía. El egipcio se convirtió en una figura respetada en el mundo cuando desmintió que Irak tuviera armas de destrucción masiva.
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En un esfuerzo por legitimar el golpe de Estado, y en un claro mensaje a Occidente, el Premio Nobel de la Paz en 2005 Mohammed El Baradei podría ser nombrado primer ministro de Egipto. La noticia se supo tres días después de que el Ejército derrocara a Mohamed Mursi. El ex jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se reunió con el presidente interino Adly Mansur. Su posible nominación fue criticada por los islamistas y luego de una ola de violencia que dejó 30 muertos y cientos de heridos.

La hoja de ruta, elaborada por el Ejército, la oposición y los principales líderes religiosos del país –sin la participación de los Hermanos Musulmanes–, establece el nombramiento de un gobierno interino “dotado de plenos poderes”, que deberá convocar a nuevas elecciones presidenciales y legislativas en una fecha que aún no fue precisada.

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El Baradei estuvo junto al jefe de las Fuerzas Armadas, Abdul Fattah el Sissi, en los momentos decisivos del golpe de Estado militar que sumió al país en una espiral de violencia. El Baradei es un dirigente laico y progresista que lidera el Frente de Salvación Nacional. Aunque era considerado en las elecciones de 2012 el candidato natural para enfrentar a los Hermanos Musulmanes, renunció a su candidatura en protesta contra las autoridades militares que gobernaban por ese entonces el país, tras la caída de Mubarak. “Las Fuerzas Armadas son expresión de un régimen que no ha caído”, aseveró en ese momento el abogado egipcio.

Nacido en 1942, El Baradei se recibió de abogado en la Universidad de El Cairo e inició su carrera en el Ministerio de Asuntos Exteriores en 1964. Como diplomático trabajó durante mucho tiempo como representante egipcio en la ONU, tanto en Nueva York como en Ginebra. En 1980 ingresó a Naciones Unidas y en 1984 entró a la AIEA, de la que sería director 13 años después. Defensor de la diplomacia en litigios internacionales sobre armas nucleares, El Baradei puso en tela de juicio las afirmaciones de Estados Unidos sobre las supuestas armas de destrucción masiva en Irak en 2003, que nunca fueron halladas.

El Baradei, premio Nobel por su trabajo en el seno de la AIEA, regresó a Egipto en 2011 para sumarse a la revuelta contra el régimen de Hosni Mubarak. Tras el triunfo de los Hermanos Musulmanes en las últimas elecciones presidenciales, el político, de buena imagen en Occidente, se posicionó como una de las figuras clave del movimiento laico y liberal que reclamaba la renuncia de Morsi y la organización de elecciones presidenciales anticipadas. El martes, la oposición, integrada entre otros por el movimiento Tamarod, le había encargado a El Baradei que los represente durante la transición política.

En tanto, ayer continuaba la tensión en El Cairo, donde hubo protestas de partidarios del mandatario destituido. El nombramiento de El Baradei fue rechazado inmediatamente por un dirigente de los Hermanos Musulmanes, Mohamed el Khatib, quien lo calificó como “el hombre de Estados Unidos en Egipto”. El aliado de Morsi prometió que seguirán en las calles y en las plazas hasta que regrese al gobierno el jefe de Estado depuesto, a quien los militares mantienen bajo arresto en el cuartel de la Guardia Republicana en la capital de Egipto.

Desde que Morsi fue derrocado, al menos 37 personas perdieron la vida y el caos continuó ayer. La ciudad que registró el balance más grave fue la de Alejandría, donde hubo 14 muertos y más de un centenar de heridos.