Un soldado estadounidense fue sentenciado a 100 años de prisión por la violación y homicidio de una niña iraquí de 14 años y el asesinato de otros tres miembros de su familia.
El sargento Paul Cortez, de 24 años, admitió que fue uno de los cinco soldados estadounidenses que participaron en la violación y asesinato de Abeer Kassem Hamza al-Janabi en Mahmudiya, así como en el homicidio de sus padres y su hermana menor, l uego de que bebieron gin y whisky mientras jugaban cartas en un puesto de control caminero en Mahmudiya, al sur de Bagdad.
Cortez, el segundo soldado estadounidense que se declaró culpable en este caso, posiblemente sea liberado bajo palabra dentro de 10 años, bajo las condiciones de un acuerdo judicial. El acusado lloró ayer mientras miembros de su 101a División Aerotransportada testificaban en su defensa antes de la sentencia. "Lamento decepcionarlos; ustedes me tratan mejor que eso", dijo.
El juez militar de la corte marcial lo sentenció primero a cadena perpetua sin posibilidad de salir bajo palabra, así como a una baja con deshonor de las fuerzas armadas.
Pero luego el juez se enteró que bajo el acuerdo de culpabilidad supervisado por el comando general de la 101a División, Cortez sólo podía ser sentenciado a 100 años de prisión, lo cual según las normas militares le permite la posibilidad de obtener la libertad bajo palabra después de 10 años.
Cortez, quien fue juzgado en Fort Campbell (Kentucky este), se declaró culpable de cinco cargos en uno de los hechos de mayor notoriedad en los numerosos casos de denunciadas atrocidades perpetradas por soldados estadounidenses en Irak.
En noviembre, el soldado James Barker fue sentenciado a 90 años de prisión tras un acuerdo judicial. Al admitir su culpabilidad, ambos acusados evitaron el riesgo de ser condenados a muerte y pueden optar a la libertad condicional. En agosto, un médico militar iraquí declaró en una audiencia judicial en Bagdad cómo había descubierto los cuerpos de la niña violada y asesinada junto a sus padres y hermana menor. "Fui el primero en llegar al lugar, la adolescente yacía desnuda, con las piernas abiertas, semiquemada, una bala en la cabeza bajo su ojo derecho", dijo el médico militar iraquí, cuyo testimonio a puertas cerradas fue grabado.
"Su hermana, de cinco años, se encontraba en otra habitación, una bala le había hecho explotar la nuca. El padre y la madre estaban acribillados a balazos en el vientre y el tórax", prosiguió. "Me sentí mal durante semanas después de ver ese espectáculo", agregó el médico.
Los cinco soldados, miembros de la prestigiosa 101 División Aerotransportada, fueron acusados de haber participado en la violación de la niña y en el asesinato de los cuatro iraquíes en la noche del 11 al 12 de marzo en Mahmudiyah, 30 km al sur de Bagdad.
El cuádruple homicidio fue inicialmente atribuido a las milicias iraquíes, hasta que surgió una segunda versión de los hechos el 20 de junio durante un informe "sobre el estrés en combate". El caso desató indignación tanto en Estados Unidos como en Irak, donde el primer ministro Nuri al Maliki exigió el fin de la inmunidad de los soldados estadounidenses.
Fuente: AFP