Inspiradas en los sucesos en Egipto, y continuando el efecto dominó por libertad democrática que se está generando en el mundo árabe, las protestas masivas ahora se han intensificado en Bahrein y en Yemen, donde manifestantes se expresaban en un “viernes de furia”.
En Bahrein, se vienen produciendo hace días manifestaciones las cuales son reprimidas violentamente. Esta situación obligó a los Estados Unidos a pedir calma y solicitar al reinado que “limite las acciones de sus fuerzas de seguridad”.
La secretaria de Estado Hillary Clinton se comunicó ayer con el canciller Khalid Ahmed Al Califa para protestar por los severos embates del ejército, que utilizando tanques y carros pesados, dispersan campamentos y ciudadanos que se están expresando en la Plaza de la Perla de la ciudad capital de Manama, ámbito geográfico central de las marchas contra el régimen imperante.
"Nos están matando", denunció un manifestante a la cadena Al Jazeera. El ejército irrumpió violentamente cuando hombres, mujeres y niños protestaban, causando cuatro muertos y decenas de heridos.
En la mañana del viernes se notificaban a través de las agencias internacionales nuevos enfrentamientos, incluyendo sonidos de disparos hechos con armas de distinto calibre. En su Twitter personal, algunos periodistas de la CNN apostados en Bahrein han reportado bajas y heridos, en una jornada intensamente violenta.
También se reportan enfrentamientos en Yemen, en las puertas del palacio presidencial y en la principal universidad estatal, las cuales están siendo reprimidas con gases lacrimógenos por parte de la policía militar.
El flamante vocero de Obama Jay Carney dijo a la prensa en el día de ayer que Estados Unidos hace tiempo que “aconseja” a los gobernantes de varios de estos países con regímenes autocráticos que “tienen que ajustar sus políticas internas y realizar reformas que contemplen la libre expresión y la voluntad popular”.
En Bahrein, que tiene un poco más de un millón de habitantes, conviven distintos grupos religiosos bajo una tensión latente. Durante los últimos años el reinado estuvo muy enfrentado a Irán, que reclama dicho territorio de islas como “una provincia iraní”. Persiste la desconfianza sobre la comunidad chiita de Bahrein ya que se los acusa de estar ligados y subvencionados por Irán para desestabilizar al régimen.
Bahrein, pegado a las costas de Arabia Saudita, está anclado estratégicamente en el Golfo Pérsico. Es un aliado clave para la marina estadounidense, que opera en dicha región hace más de 60 años. Allí está establecida la sede de la quinta flota de Estados Unidos, con un importante movimiento de barcos de guerra y radares. Además el reinado ha participado con efectivos propios colaborando en Afganistán. Yemen por su parte ha venido trabajando con Estados Unidos en acciones antiterroristas, ya que sufrió atentados por parte de la organización Al Qaeda.