El príncipe Guillermo y Kate Middleton se dieron el "Sí, quiero" este viernes en la Abadía de Westminster, con un templo colmado de representantes de las casa reales europeas y personalidades como Elton John.
Las personas agolpadas en las calles pudieron escuchar cada uno de los momentos de la ceremonia y aplaudieron fervorosamente cuando se escuchó el "Sí quiero" de los contrayentes.
La novia eligió un diseño de la sucesora de Alexander McQueen, Sarah Burton. Un traje blanco con mangas de encaje y larga cola. El novio se decantó por el uniforme militar pero se puso el traje de la RAF como se esperaba. Eligió el de oficial de los Guardias Irlandeses. Es coronel honorario. Cuando vio a la novia le dijo "Estás hermosa".
Nerviosos, los novios prodigaron sonrisas y miradas a los presentes, pese a lo cual no se alejaron del estricto protocolo que rige para estas ocasiones. Intercambiaron algunas palabras y medidas risas, en gestos que permiten considerar este matrimonio ya no como una mera cuestión de Estado o de silenciar escándalos, como lo fueran los últimos enlaces de la Casa de Windsor.
Ante la intervención del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, los novios no se guardaron obediencia, como fue tradición en los votos matrimoniales de la Casa real. A cambio, prometieron amarse, acompañarse y honrarse en adelante.
El próximo paso será, de acuerdo a la prensa británica, un período sabático de dos años, en el cual la pareja –que adoptará el título de duque y duquesa de Cambridge- intentará resguardarse de los flashes de los papparazzi y comenzar el largo camino hacia el trono de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.