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Carcaj

Del sheriff de Nottingham al diccionario digital

Robin Hood: Prince of the Thieves
Robin Hood: Prince of the Thieves, 1991 | Joker y Crucigrama

Sosteniendo en las manos el pesado diccionario enciclopédico o el liviano diccionario escolar se puede estimar cuántas palabras empiezan con Q, pero es rotundamente imposible decir cuántas terminan con F, cuántas tienen una X en la octava posición o en cuántas aparecen juntas la T y la L. En cambio, encontrar las respuestas es muy fácil si se consulta un diccionario digitalizado: en el nuestro son once, diecisiete y treinta y una, respectivamente. Hará treinta o cuarenta años ese tipo de escrutinio requería trabajo paciente y manual. Las preguntas así podían tener carácter lúdico porque invitaban a revolver en la memoria o a leer con renovada atención las novelas mal traducidas. En esos tiempos era usual preguntarse cuántas palabras del castellano terminaban en jota. Hoy podemos responder con dos clics: aj, alioj, almiraj, almofrej, almoraduj, balaj, boj, borraj, cambuj, carcaj, erraj, gambaj, gambuj, erraj, pedicoj, rebalaj, relej, reloj, troj. Algunas de esas palabras tienen la indicación de ser antiguas o arcaicas, como «alioj», que significaba «mármol». Otras son versiones alternativas de palabras que no terminan en jota, como «balaj» (que también se escribe «balaje») o «borraj» (que también se escribe «bórax»). «Boj» y «troj» serán viejas amigas de los aficionados a los crucigramas. «Reloj» es la única que sería reconocida por un hablante razonable, aunque quizás alguien también recuerde al carcaj, aquella funda que Robin Hood se colgaba en la espalda para llevar sus flechas.

(En la imagen, Kevin Costner dispara sus flechas sobre los secuaces del sheriff de Nottingham. Robin Hood: Prince of the Thieves, de Kevin Reynold, 1991.)