OPINIóN
Ciencias y revoluciones

China en diálogo con Occidente

1-11-2020-Logo Perfil
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En las dos últimas columnas hemos desarrollado dos paradigmas chinos sobre las relaciones internacionales a través del concepto de geyi o interpretación analógica. El primero, denominado “interpretación analógica anversa”, se basaba en las cosmovisiones chinas tradicionales. El segundo, como “interpretación analógica reversa”, toma las categorías centrales de las relaciones internacionales para construir una mirada de los autores chinos a través del prisma occidental.     

El tercer paradigma, que ha teorizado Qin Yaqing, lo llamaremos el “enfoque interactivo de la relacionalidad racional”, en tanto los autores chinos dialogan desde su visión “relacional” con los autores occidentales, que lo hacen desde la “racionalidad”. 

Para empezar, el concepto de lo “relacional” se remonta a una de las obras más antiguas de la humanidad como es el Libro de las mutaciones o I Ching, que es tomado por Confucio para el arte del gobierno. Una versión recomendada de este libro es la de Richard Wilheim, que prologa C.C. Jung y que Jorge Luis Borges acompaña con un poema, “Para una versión del I King”.  

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El origen de esta concepción del mundo se basa en el lugar del hombre en el cosmos y la naturaleza y la interrelación interdependiente entres ellos. Solo hay que observar una pintura china para ver que el hombre es una parte muy pequeña en relación armónica con el cielo y la tierra. Esta armonía versus la conquista de la naturaleza ha sido desarrollada por el autor chino Feng Youlan (1991).

¿Cómo entendemos esta “relacionalidad” versus la racionalidad de las tradiciones atlánticas? Tres dimensiones nos ilustran este paradigma en la explicación de Qin Yaning en Guanxi yu Guocheng: Zhongguo Guoji Guanxi Lilun de Wenhua Jiangou (Relaciones y procesos: construcción cultural de la teoría china de las relaciones internacionales). 

El primer concepto es el de “proceso dinámico” por sobre la “estructura estática”. Aquí las relaciones en movimiento entre las partes constituyen la dimensión a verificar en las relaciones internacionales en permanente evolución. Asimismo, se priorizan la incertidumbre y el cambio por sobre la certeza y la fijación inmóvil del sistema internacional.      

Otro concepto que teoriza el autor es el de Zhongyong,  llamada la dialéctica china que se desarrolla en la milenaria teoría de todas las cosas del universo bajo la dinámica del yin-yang. La diferencia con la dialéctica hegeliana es que la tesis y antítesis como partes contradictorias que finalizan en una síntesis no son antitéticas o conflictivas, sino armoniosas y cooperativas.

Finalmente, Qi incorpora el concepto de “gobernanza relacional”, que escapa a la idea occidental de instituciones pétreas que por sí mismas garanticen la estabilidad sistémica. En esta “gobernanza china” lo central se basa en la relación de cooperación entre las partes; los acuerdos recíprocos y la confianza. Y citando a Tu Weiming en su libro Zhongyong Dongjian (Una visión del Zhongyong) (2008), entiende que la sociedad global debe estar sustentada en la moralidad, el pluralismo, la asociación, la participación y la armonización. 

Para cerrar, podemos observar, cómo en otras disciplinas, como la física y la medicina cuántica, se están produciendo verdaderas revoluciones científicas al decir de Thomas Kunhn. El quantum como elemento central de esta concepción se asemeja al Tao en su sentido sistémico del universo; es el Chi o energía en sus dos aspectos de onda (ying) y de partícula (yang); y el prana y el akash como energía y espacio en el cual se producen los fenómenos según la cosmovisión hindú. 

Estos conocimientos –ahora demostrados empíricamente y estudiados en las universidades de Occidente– se están acercando a las ciencias sociales y a las relaciones internacionales. Esperemos que no se cumplan las palabras de Borges en la poesía del I Ching: “El porvenir es tan irrevocable como el rígido ayer”.      

*Politólogo y doctor en Ciencias Sociales. Profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires.