Durante la semana que termina, sin dudas que el anuncio de la compra de las operaciones de Vrio (operación de DirecTV en varios países de Sudamérica y algunos del Caribe, Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Curazao, Ecuador, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay) por parte del Grupo Werthein de Argentina fue la que acaparó la atención. No es para menos. Se trata de la mayor operación de compra de una empresa estadounidense por parte de capitales argentinos.
Para ser sinceros, la sorpresa no fue la venta en sí. Desde que AT&T comprara la operación de DirecTV en 2015 por unos US$ 67 millardos (entre acciones, efectivo y deuda) quedó en claro que a la compradora le interesaba potenciar su servicio de acceso con contenidos dentro de los EE.UU., por lo que la operación latinoamericana era “prescindible”. Por ello, en 2017 intentó hacer un IPO, del que desistió al año siguiente. Era claro que AT&T buscaba desprenderse de un negocio que no le era estratégico y, de paso, reducir su abultada deuda. Sin embargo, la venta de la operación no era sencilla. Los principales potenciales candidatos que ya operaban en la región (como Claro o Telefónica) podrían enfrentar cuestionamientos por concentración de mercado. Había que encontrar entonces a “outsiders”. Así fue como calzó la compra por parte del Grupo Werthein, cuyo principal antecedente en el negocio convergente fue su participación en Telecom Argentina, entre 2003 y 2017.
Al conocerse la noticia, no fueron pocos quienes se preguntaron por qué el Grupo Werthein estaría interesado en ingresar a un negocio como el de la TV satelital, uno de los principales afectados por el auge del streaming. Una tendencia que es en alguna medida capitalizable por quienes dan TV por cable ya que utilizan su red para dar acceso a internet. Pero esto no es posible con la tecnología satelital unidireccional con que cuenta DirecTV. Sin embargo, hay otros servicios con potencial. Adicionalmente, en la determinación de si será o no un buen negocio para el grupo argentino también hay que considerar el costo de adquisición. Y si bien en el comunicado oficial no se hizo pública la suma pagada, la agencia de noticias financieras Bloomberg publicó que la operación se realizó por US$ 500 M (a razón de US$ 50 por suscriptor), lo que implica que AT&T asumió una pérdida de valor de casi el 90% (mencionan un deterioro de activos por US$ 4,6 millardos). Se trata de una operación que facturó en el segundo cuatrimestre de 2021 unos US$ 749 M. Claramente, AT&T se quería sacar a Vrio de encima, aún asumiendo cuantiosas pérdidas.
¿Qué es lo que obtiene el Grupo Werthein por estos US$ 500 millones? Un negocio que todavía funciona y una base sólida para pretender ser “la TV paga del futuro”.
Para empezar, Vrio tiene unos 10 millones de suscriptores a su servicio de DTH (TV directa al hogar). Esto significa de entrada un atractivo flujo de caja, pero también una escala que le otorga un fuerte poder de negociación a la hora de acceder a contenidos, tal como le pasa con el fútbol y otros deportes. Por otra parte, si bien también siente la presión del cord cutting, la cobertura territorial del satélite le permite dar servicio donde las redes de banda ancha no llegan o, si lo hacen, es en forma deficiente. Recordemos que Vrio opera en Brasil y Argentina, dos de los países de mayor extensión mundial. Allí, la TV satelital es claramente la mejor opción audiovisual, cuando no la única. En otras palabras, la DTH puede ser una vaca lechera en términos de la matriz BCG. Es decir, un negocio sin crecimiento aunque con alta participación de mercado, lo que permite generar el efectivo necesario para desarrollar nuevos productos.
Ese nuevo producto por desarrollar es DirecTV Go, la plataforma de streaming OTT que replica la oferta de la TV paga (con vivo y deportes, además de los canales tradicionales y la posibilidad de consumo bajo demanda) pero que a su vez puede ser un agregador de los principales OTT audiovisuales. Una alternativa que, bien implementada, se vuelve más atractiva ante la sobreabundancia de oferta de contenidos audiovisuales OTT que, más allá de implicar diferentes cuentas, precisa también de una interfaz única de operación y búsqueda. Adicionalmente, y tal como ya lo está comenzando a hacer, DirecTV Go es un producto atractivo para la reventa por parte de ISP que no cuenta con una oferta de TV para competir con los combos de TV paga y banda ancha de cableras y los operadores más grandes. Es un negocio incipiente para DirecTV, pero con un potencial interesante. Como para ratificar el atractivo de DirecTV Go, en el comunicado de la operación, desde el Grupo Werthein mencionan entre sus objetivos el de “crecer en la propuesta de valor, invirtiendo en tecnología y contenidos, alineados con los hábitos de cada uno de nuestros suscriptores y, especialmente, de las nuevas generaciones”. Esto último solo es posible vía streaming, no DTH.
Esta incursión del Grupo Werthein en el mercado audiovisual se ve potenciada por su fuerte presencia en los contenidos deportivos. Por un lado, los ya mencionados derechos televisivos en Latinoamérica, que incluyen lo más deseado del fútbol internacional, con torneos de España, Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. A esto se suman las transmisiones de competencias internacionales de América y Europa. Todo a través de las señales deportivas que se suman a las existentes en el mercado (caso ESPN, TyC Sports, Fox Sports). Por otra parte, la operación también incluye el 65% de las acciones que AT&T tiene en la empresa Torneos, una de las principales productoras y organizadoras de eventos deportivos en la Argentina, a lo que se suma el canal deportivo colombiano Win Sport. Esta fuerte oferta de contenidos deportivos es un diferencial clave que DirecTV tiene respecto de otras ofertas de TV paga. Y si además los ofrece vía una plataforma OTT, el atractivo es mayor.
En definitiva, la operación para AT&T significa, por fin, liberarse de un negocio que fue parte de un paquete comprado pero que nunca fue estratégico para la empresa. Para el Grupo Werthein implica una oportunidad para transformar a un gran actor de la TV paga en otro gran actor, pero del streaming. Un viaje del viejo al nuevo mundo que no será sencillo, aunque sí prometedor.
*Analista de mercados TIC. Texto publicadooriginalmente en www.comentarios.info.