OPINIóN
transversalidad de las TIC

Cuando el futuro es hoy

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Regreso. Con la vuelta a las aulas no hay que tirar todo el trabajo virtual que se hizo. | cedoc

En estas últimas semanas, luego del receso invernal, muchos hemos tenido la suerte y la posibilidad de aumentar el tiempo de presencialidad en las escuelas y en algunas -inclusive- las jornadas simples y completas presenciales al cien por ciento.

Recorriendo las aulas, vemos cómo estudiantes y docentes han vuelto a conectar con las clases presenciales y todas las posibilidades que éstas nos ofrecen. La importancia de la presencialidad es indiscutible y, sobre todo en los niveles iniciales, más que necesaria la presencia física y el vínculo “en vivo y en directo” entre alumno y maestro, alumno y alumno, docente y docente para generar experiencias de enseñanza y aprendizaje significativas, auténticas y productivas para todos.

Aquí es entonces cuando, observando el hoy y recordando el ayer, nos reclama la necesidad de pensar en conservar lo valioso que nos ha dejado la experiencia de la modalidad virtual y online.

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Tenemos un gran desafío: no caer en la tentación de tirar por la borda todo el trabajo y nuevas capacidades y conocimientos a los que los docentes, en mayor o menor medida, hemos construido. Nos hemos capacitado y exploramos las TIC en cuestión de días o semanas, cuando la pandemia nos alcanzó a una velocidad que no dio tiempo a tomar la decisión profesional de implementarlos o no.

Con esto queremos decir que, si bien consideramos que la presencialidad es esencial y los recursos que esta nos brinda son inigualables para los alumnos, las herramientas digitales, los recursos y prácticas ejercitadas y adquiridas en la modalidad virtual, tienen que seguir estando presentes en las aulas, ya sea en forma sincrónica (si las aulas disponen de la tecnología para hacerlo) o asincrónica, siendo parte de las actividades y propuestas que brindemos a nuestros alumnos.

Las herramientas digitales por sí solas no construyen conocimientos, pero nos brindan la posibilidad de trabajar capacidades y competencias que permitan que todo estudiante egrese del sistema educativo con las habilidades necesarias para poder desempeñarse en entornos cambiantes.

Sigamos capacitándonos en gamificación, en aplicaciones que permitan trabajar colaborativamente, herramientas que conviertan a docentes y alumnos en diseñadores y creadores de recursos multimedia, que enriquecen las secuencias didácticas y brindan posibilidades diferentes, variadas y versátiles de acceder a los contenidos y comprenderlos.

El desafío es continuar aprendiendo, apostando a la formación y profesionalización docente, reconociendo lo aprendido y las estrategias de las que nos valimos en un momento en el que rápidamente tuvimos que salir a la búsqueda de otras herramientas y formas de enseñar y aprender, en una modalidad que, hasta el momento, y en los niveles inferiores, no habíamos trabajado.

Sabemos que, mucho antes de la pandemia, las TIC fueron temática de múltiples capacitaciones docentes, prioritarias a tratar por los equipos directivos de las escuelas, pero también somos conscientes de que mucho quedaba en la teoría.

La transversalidad de las TIC debe ser efectiva y real en las instituciones educativas. Por supuesto, no debe ser forzada, pero sí pensada por los docentes como herramienta y en servicio y beneficio de sus prácticas. Deberíamos valernos de ellas y fundamentar su utilización relacionándolo con otros recursos que inclusive pueden ser analógicos; resignificándolas y potenciándolas aún en modalidad presencial debe ser nuestro objetivo, hoy más que nunca.

Lo importante no es concentrarnos en señalar las carencias o deficiencias, sino impulsar una reflexión sobre nuestras prácticas y convertir esta situación en una oportunidad para mejorar y para recordarnos qué implica una educación de calidad y qué habilidades y competencias deben ser prioridad al formar a nuestros estudiantes.

*/**Profesoras de la Escuela de Educación de la Universidad Austral.

Producción: Silvina Márquez.