El Parlamento alemán lo integran 709 diputados y cuenta con alrededor de siete mil empleados, de los cuales la mitad forman parte de los recursos humanos permanentes del “Bundestag”, y la otra mitad ingresa y cesa con cada legislador. De acuerdo con los datos del presupuesto nacional del 2021, el Poder Legislativo Nacional (PLN) en la Argentina cuenta con el doble de empleados respecto al de Alemania: 13.930. En 2018, el Congreso Nacional llegó a tener un total de 16.196 empleados, luego que del 2014 al 2015 Amado Boudou incorporara a 1.744 en el Senado de la Nación y alcanzando en la Cámara Alta los 6.081 agentes.
Según el presupuesto 2020, dos tercios de los empleados del PLN estaban asignados a la Planta Permanente y el resto en la Transitoria (estos últimos deberían culminan su labor con la finalización del mandato del legislador que los nombró). Además, los legisladores pueden designar colaboradores como contratados bajo la modalidad de monotributistas, quienes pagan sus propias cargas sociales y no reciben el sueldo anual complementario, en general los asesores de las comisiones.
Cabe preguntarse, y en especial en un año de elecciones legislativas, cómo los diputados y senadores pueden implementar reformas de alcance nacional si no logran hacerlo en el propio ámbito de su actividad. Por ejemplo, ¿cómo pueden analizar y votar el proyecto de ley de presupuesto nacional sin considerar el del propio Poder Legislativo? Hay información disponible que merece ser debatida en la discusión presupuestaria. El Senado de la Nación, por ejemplo, brinda una información bastante detallada de sus recursos humanos, lo cual permite identificar la cantidad de empleados por dependencia y de esa manera empezar por generar un debate.
Senadores. En base a una consulta realizada el 4 de agosto del 2021 al sitio web del Senado de la Nación, surge, por ejemplo, que 118 empleados se encontraban en la “Dirección de Automotores”, cuando en países serios sólo las autoridades disponen de auto y chofer. Otros 290 empleados están asignados a la “Dirección de Seguridad y Control”; 89 cumplen funciones en la “Dirección de Administración de Personal”; 72 en la “Dirección de Comunicación” y 16 en la “Dirección General de Comunicación Institucional”; 46 en la “Dirección de Eventos”; 186 en la “Dirección de Obras y Mantenimiento”; 55 en la “Dirección Gesta de Malvinas”; 58 en la “Dirección General de Publicaciones”; 37 en la “Dirección de Contaduría” y 19 en la “Subdirección General de Contabilidad y Presupuesto”; 85 en la “Dirección de Infraestructuras Tecnológicas”; 349 en la “Dirección de Servicios Generales”; 149 se encuentran “En Comisión” y 52 con “Destino en Trámite”; 19 en la “Dirección General de Cultura”; 67 están con “Licencia sin Goce de Haberes”; y 47 en la “Coordinación General de la Guardería y Jardín Infantil”. Entre todas estas personas, a las cuales no las afectó económicamente la pandemia e incluso les permitió encarar trabajos extras, se suman también 6 empleados en la insólita “Oficina Mandato Cumplido – UCR”.
Por su parte, con los 72 Senadores Nacionales están asignados un total de 1.493 empleados, un promedio de 20 personas por cada integrante de la cámara alta. A estos hay que sumarles los empleados de los Bloques Parlamentarios, un total de 207, de los cuales 105, casi el 50%, están asignados al bloque de la Unión Cívica Radical (UCR).
Diputados. En el caso de la Cámara de Diputados no se brinda la información sobre recursos humanos con la misma transparencia que en el Senado. Por ejemplo, no ofrece la posibilidad de descargar la información en un archivo en Excel y no precisa a cuál bloque está asignado cada empleado. Sin embargo, ante una consulta al respecto por correo electrónico, la Oficina de Transparencia y Acceso a la Información Pública de la Cámara Baja respondió: “Siempre es de gran ayuda recibir observaciones y comentarios para seguir mejorando la labor dentro de la Cámara. En cuanto a los puntos mencionados en su correo, le informamos que hemos tomado registro de los mismos y nos encontramos actualmente trabajando sobre ellos para poder presentar la información de manera actualizada y similar a la presentación que realiza el Honorable Senado de la Nación”.
Aun siendo más engorroso el acceso a la información del personal de la Cámara de Diputados, de una consulta realizada a su sitio web el 25 de febrero de 2021 surge que los recursos humanos registrados alcanzaban los 4.985. Del total, 2.617 eran de la planta permanente, 1.977 de la transitoria, 305 contratados y 86 personal de Gabinete. Este último se basa en un convenio creado a partir de la resolución conjunta número 1 del año 2020 mediante la cual la designación de agentes en dicho convenio finaliza con el mandato del funcionario/a por el cual fue nombrado/a.
Al igual que en el Senado, la Cámara Baja cuenta con una cantidad significativa de empleados en dependencias como, por ejemplo, “Dirección de Comisiones”, 367; “Dirección de Automotores”, 139; “Dirección de Cultura”, 70; “Dirección de Obras y Mantenimiento”, 166; “Dirección de Seguridad y Control”, 227; “Dirección General Administrativa Contable”, 91; “Dirección General de Diplomacia Parlamentaria, Cooperación Internacional y Culto”, 30; “Dirección de Archivo y Publicaciones”, 30; “Dirección General de Informática y Sistemas”, 100; “Dirección General de Planificación y Difusión”, 67; “Dirección General de Recursos Humanos”, 126; “Dirección Jardín Materno Infantil”, 62; y “Dirección de Servicios Generales”, 289.
Los empleados de los diputados rondan los 2.225, es decir, un promedio de 8,5 por cada integrante de la Cámara Baja. En consecuencia, de los alrededor de 14 mil empleados que tiene el PLN, unos 3.718 estarían asignados a los legisladores nacionales, representando el 26 por ciento del total. Si se lo compara con el parlamento alemán salta a la vista que hay un excedente de por lo menos el 50 por ciento de los empleados en el Congreso argentino, aun teniendo la mitad de los legisladores del Bundestag.
Legisladores eran los de antes. El excesivo número de empleados en el Congreso de la Nación es un problema que viene de lejos. Entre 1900 y 1930, cuando el total de empleados legislativos no llegaba a 500, los diputados socialistas (y unos pocos radicales) cuestionaban el excesivo número de empleados con que contaba el Congreso. Por ejemplo, el socialista Enrique Dickmann señalaba que “eso de traer empleados por compromisos políticos no es justo ni conveniente”, en tanto que su colega Nicolás Repetto justificaba la necesidad de realizar despidos en el Poder Legislativo al afirmar: “Yo creo que esos hombres dignos que quedaron cesantes van a encontrar ahora la oportunidad de aplicar sus aptitudes, si las tienen, o de desarrollar nuevas, en ocupaciones mucho más nobles que esta”.
Ya entonces el Senado era el blanco de las principales críticas. En 1914, el diputado socialista Antonio de Tomaso decía: “El presupuesto de la Cámara de Senadores es uno de los más frondosos de la administración. El Senado es una de las reparticiones que paga sueldos más elevados, que tiene cargos con las designaciones más arbitrarias y en que el parasitismo es mayor. Y llamo parasitismo a la función de los empleados que tienen una denominación que no se comprende y que no realizan ningún trabajo útil, claro, concreto ni específico”. No hay más que leer las dependencias y cantidad de empleados en el actual Senado para comprender la triste vigencia que tiene lo expresado por de Tomaso hace más de un siglo.
Bases de una reforma. Una reforma en el PLN implica modernizar, transparentar y poner fin a privilegios, lo cual generará la resistencia de los sindicatos legislativos y la vieja política. Pero lo mismo sucede en casi toda la administración pública nacional, cuya reforma requeriría de una ley y de ahí la importancia de empezar por el propio ámbito legislativo, la casa de la democracia.
Luego de la reforma constitucional de 1994 y la adopción de algunas leyes, se crearon nuevos organismos dentro del PLN. Solamente uno de ellos, la Oficina de Presupuesto del Congreso, creada en 2016, requiere designación por concurso y en 2021 la integraban 18 personas. Para el ingreso a la planta permanente del PLN no se aplica lo establecido en el artículo 16 de la Constitución Nacional y en el artículo 21.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, es decir, principios de idoneidad e igualdad ante la ley.
Uno de los ámbitos meritocráticos del Congreso Nacional es la Dirección de Información Parlamentaria, dependiente de la Cámara de Diputados y que cuenta con 39 empleados permanentes. A esta dependencia se le puede encargar un informe comparado sobre recursos humanos en distintos parlamentos, criterios de ingreso a la planta permanente y la asignación de recursos a los legisladores, incluyendo sus colaboradores.
Mientras tanto se puede comenzar por el congelamiento de las vacantes de la planta de personal permanente y, al igual que sucede en Chile, establecer que en lo sucesivo todos los puestos de este tipo se cubran por concurso en base a un perfil objetivo.
Siguiendo el ejemplo australiano, el PLN debería establecer una disposición que impida el nepotismo, pues existe una tradición inaceptable desde la perspectiva republicana de designar parientes directos, tanto los legisladores como el personal jerárquico. “Cómo no le voy a dar trabajo a mi hijo”, afirmó con total desparpajo un veterano funcionario del área administrativa de Diputados, ya retirado, ante una consulta sobre el personal a su cargo.
Por otra parte, hay que poner fin a la beneficencia con dinero del contribuyente y eliminar los subsidios, becas de estudio y pensiones graciables, fuente de clientelismo político. Asimismo, hay que cuestionar la existencia de una imprenta propia, ya observada en su creación también por diputados socialistas que la calificaron como “caballo de Troya”, y averiguar cuántos parlamentos tienen algo similar y más hoy en día con la era de la digitalización y los cuestionamientos ambientales. Lo mismo el cuerpo de taquígrafos, pensado para otra época, pues ahora se puede grabar y luego simplemente tener personal para transcribir las sesiones y reuniones de comisiones.
Si no se puede implementar una reforma que implique una asignación más racional de recursos en el propio PLN, es difícil entonces pensar que se pueda avanzar en un cambio modernizador en el resto de la administración del país. Pero como sabiamente afirmó el diputado socialista Enrique Dickmann hace más de un siglo “mucho más fácil es hacer una revolución que suprimir un empleado del presupuesto nacional”.
*Director General de Cadal
(www.cadal.org)