Las interacciones personales son maravillosas y también desafiantes. Los seres humanos somos una especie que busca constantemente desafíos.
En mi carrera exploré diferentes espacios y de cada uno he tomado, canalizado, incorporado y sentido experiencias que me hacen el profesional que soy. La suma de esas vivencias y los momentos de intersección que he transitado para llegar de un lugar a otro.
Los caminos transitados no son únicamente físicos, muchos de ellos son intangibles, ininteligibles, intelectuales, espirituales y emocionales, entre tantas otras posibilidades. Muchas veces he transitado estos espacios con incomodidades o con dolor.
Generación Zoe: qué es y qué no es el coaching ontológico
En la conversación, en la reflexión, y en el diseño he encontrado un modelo ecológico y sustentable para transitar con mayor disfrute. Como Coach Profesional, PCC, el sendero que transito es el de acompañar a las personas a lograr sus objetivos, a descubrir sus recursos y a incorporar otros. Este lugar me sienta cómodo,lo conozco.
Lo aprendido lo comparto porque mi misión es estar al servicio del otro. Cuando una persona llega al coaching profesional tiene la sensación de dolor. Ha tomado conciencia de que está sentado sobre un clavo que le duele y que quiere encontrar el modo de poder salir de esa molestia. Allí, en esos momentos de conciencia, comenzamos muchos procesos de coaching.
Si lo vemos en el marco de las organizaciones, el dolor se manifiesta porque no están consiguiendo los resultados deseados a nivel producción; las personas que integran la organización ya no quieren o no saben si quieren formar parte; los accionistas no logran alinear sus metas y expectativas; los líderes y los equipos no logran colaborar; la cultura de la organización tiende a conservar políticas o formas de hacer que no están generando aquello para lo cual la organización fue gestada. Y cuando eso sucede, duele.
Cecilia Chitarroni: ¿para qué el coaching?
La organización y sus partes tienen conciencia mucho antes de darse cuenta. El corazón de las organizaciones es su gente. Si la gente no es feliz haciendo lo que hace, eso se siente, se percibe y los resultados, se resienten. La cultura del coaching es abrir la ventana de la conversación y de la reflexión, antes que duela. Cuando duele, es más complejo, aunque posible. Necesitamos comprender sobre qué clavo estamos sentados y partir desde allí para movernos.
Además de las organizaciones empresariales, también me gusta trabajar con las personas en diferentes ámbitos o dominios y ayudarlos a lograr sus objetivos. El deporte me brinda innumerables satisfacciones de colaboración. Es un espacio mágico donde, desde pequeños las personas se van relacionando con la cultura de la actividad elegida, determinada en gran parte por el contexto socio cultural al que pertenecen.
En nuestro hacer deportivo, profesional, amateur o recreativo, convivimos y conversamos intensamente con el cuerpo que habitamos. Elijo como premisa de este dominio, que la persona ama y está conectada intensamente con aquello que hace y desde allí es donde invito a las personas que me contratan a iniciar la exploración de esos dolores que van dando apareciendo. Desde aquellos que parecen tan sencillos y evidentes hasta los más profundos. Si aquello que amo hacer no me está generando la satisfacción que espero como retribución de ese amor, me duele. Entreno, práctico y no vivo el resultado que quiero, ¿cuál es la interpretación que estoy haciendo de mi experiencia de vida allí?
Es muy importante que logremos conversar acerca de nuestras expectativas con más frecuencia. Habitualmente quedamos envueltos en nuestras propias conversaciones acerca de qué esperamos conseguir, que esperan los demás que yo haga y consiga. Estamos tan apurados por lograr cosas que no nos detenemos a pensar con claridad qué es lo que queremos.
En el deporte, alinear estas expectativas, nos permite reconocer y diseñar planes a corto, mediano y largo plazo. Dirigentes que saben hacia dónde van y con quién, cuerpos técnicos que reconocen a quién entrenan, cuando y para qué, y jugadores, que entrenan, compiten y logran hacerlo desde el reconocimiento de sus motivaciones y expectativas, siendo congruentes e íntegros. ¿Hasta cuándo y cómo quieres hacer lo que amas hacer? Ser sustentable y ecológico como ser humano se trata de ser congruente con uno mismo y con los demás. En el amor y en el respeto podemos encontrar aquello que necesitamos para reconocer qué nos puede lastimar. No siempre evitaremos el dolor, pero podemos aliviar el sufrimiento. Nuestras interpretaciones del dolor y cómo trascender. Es posible y es necesario. Disfrutar la vida es el éxito. Como Coach profesional he acompañado historias de muchas personas, y vale cada minuto. Se puede disfrutar.