Si bien las ciencias sociales se diferencian en función de los temas que trata cada una, esa diferenciación no tiene límites estrictos. Todas tienen una base común. En el fondo, tanto la sociología, como la ciencia política, las relaciones internacionales y tantas otras se ocupan de sistemas y procesos que se generan a partir de la interacción entre los seres humanos. De ahí la idea de la unidad en la diversidad. Hoy además se habla de fronteras fértiles y de abordajes interdisciplinarios. No es tanto lo que las ciencias sociales pueden dar individualmente, sino la riqueza que florece en los bordes que “separan” a cada una ellas. Los temas a veces se superponen, como es, por ejemplo, el caso, de la relación entre clase social y comportamientos de los votantes que puede ser indistintamente parte de la sociología como de la ciencia política.
Es a raíz de esto, entre otras razones, que en los últimos años se han organizado las carreras en ciclos, donde a partir de una formación básica se despliegan las especializaciones según los problemas que abordan. Los ciclos comunes incluyen aquellas materias que indistintamente de las carreras, todo cientista social está obligado a incorporar: filosofia; conocimiento científico, metodología de investigación, estadística, economia e historia.
Si las cosas se hacen como corresponde, al final de estos ciclos quedara en claro que las ciencias sociales son ciencias fácticas. Se ocupan de hechos e intentan corroborar sus afirmaciones a través de la observación sistemática de la realidad. Este es su sello de identidad y lo que las diferencia de otros abordajes de lo social que van desde el ensayo al periodismo, del discurso político al adoctrinamiento y del relato a la novela,
No se trata simplemente especular, de contar una historia, ni de recoger datos al azar, sino de articular adecuadamente los niveles teórico y empírico como ocurre en cualquier otra disciplina científica. En esta línea, con sus diferencias, se ubicaron muchos de los que jalonaron el recorrido de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador en sus comienzos, como Carlos Floria, Natalio Botana Guillermo O´Donnell y Rafael Braun entre otros.
Los ciclos comunes, precisamente por proveer a todas las disciplinas de una formación básica, le otorgan flexibilidad a los mecanismos de reconversión académica y profesional. Sabido es que cada vez es menor el tiempo en que ciertos conocimientos se tornan obsoletos. Que la rotación laboral es cada vez más veloz, y que desgraciadamente la universidad por ser una pirámide de vértice achatado, donde todo se debate y es necesario buscar consensos, no siempre responde con rapidez a las exigencias de cambio. Prueba de esto es que desde hace ya unos años se han multiplicado las universidades corporativas, donde se capacita a los alumnos de acuerdo a las necesidades de cada empresa. Donde no importa lo que cada uno sabe, sino la capacidad que tiene para aprender. Los ciclos comunes al separar la formación de la capacitación permiten lograr una mejor y más rápida adaptación a las nuevas demandas que se suscitan.
El autor es Sociólogo. Coordinador del Ciclo de Formación Basica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del salvador
Magíster en Evaluación Universitaria. Profesor emérito de la Universidad del Salvador.