OPINIóN
falta credibilidad

Qué quisieron dicer las urnas

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CABA. Elegir legisladores busca la representación proporcional de todos. | cedoc

En lo que fue una de las más importantes derrotas del Peronismo en elecciones intermedias ejerciendo gobierno, el Presidente dijo que escuchará lo que la gente quiso decir y que desde el otro día se abocaría a dar respuesta a los reclamos.

Me surge de inmediato el interrogante de si el Presidente tiene claro qué le quisieron decir las urnas. Si lo tiene claro, bien para todos los argentinos. Porque si el diagnóstico es el correcto, el gobierno podría corregir errores y enderezar el barco.

Si ello no ocurriera no solo estará en juego el definitivo resultado electoral de noviembre para el Frente de Todos sino, y fundamentalmente, los próximos dos años del país y todos los que estamos dentro.

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Me pregunto si cuando pensaron el slogan de campaña “La vida que queremos”, pretendiendo trasmitir esperanzas de futuro, no se daban cuenta que estaban provocando a un electorado que estaba lleno de sentimientos negativos en relación a como estaba transitando su vida cotidiana y como se sentían en relación al gobierno.

Así, durante la campaña se mezclaban la incertidumbre de futuro, el enojo ante la situación laboral, el incremento de la inflación, el crecimiento de la pobreza, la bronca al ver al el cumpleaños de Olivos, la angustia que genera la pandemia y que generó el encierro al tiempo que un gobierno que armó una coalición para ganar en 2019 con la promesa de volver mejores, no repetir viejos errores y unir a los argentinos, terminaba sus actos de campaña volviendo al viejo vicio argentino de echarle la culpa a otros y repetir incansablemente la culpa la tiene Macri. Otra vez sopa, otra vez Macri y Cristina al centro del ring. Pobre respuesta a un electorado que está esperando respuestas contundentes a una situación angustiante.

El problema que tiene el Gobierno no es solo económico. Es, entre otras cosas, de falta de credibilidad en la palabra, de escepticismo en las promesas cotidianas. A la vida que queremos el electorado le respondió: “esta no es la vida que queremos” y una parte importante también contestó “la culpa no es solo de Macri o de la pandemia, incluye la propia gestión.

Contra lo previsto parecen haber ido a votar más los opositores que los oficialistas, si hacemos un simple cálculo de la cantidad de votos que obtuvieron las dos principales fuerzas políticas en 2017 y 2019. Me pregunto si este no ir a votar no fue un modo de protestar ante la decepción que ha generado la gestión del gobierno. Además es el segmento del electorado que más temor expresa ante el contagio al coronavirus. No fueron entonces por miedo, por decepción o por enojo. Todas hipótesis a ser corroboradas.

El Presidente viene diciendo que se dedicó a cuidar a los argentinos, pero gran parte parece no haberse sentido cuidado. Y no es que gran parte del electorado no valore la vacunación, por el contrario, más de la mitad de los electores la valora, pero esto se ve como una obligación del Estado y no como una acción extraordinaria. Es que el cuidar evidentemente no es solo vacunar. Si hay inseguridad física ante robos y no se siente que el Estado se ocupe del tema, la sensación es de desprotección. Si hay inseguridad sobre qué pasar con el techo, con el trabajo o si no se llega a fin de mes, hay inseguridad. Si hay inseguridad sobre si el camino elegido por el gobierno es el correcto, también hay inseguridad. Y así podríamos seguir dando ejemplos.

Para cuidar hay que liderar y liderar es mostrar el camino y el atributo que más se le reconoce a un líder es su capacidad para mostrar el camino. Por eso es fundamental que el gobierno encuentre el buen diagnóstico y si su prédica básica es la de buscar tener un Estado protector, le es esencial que sus votantes así lo vean. No debiera olvidar que hay amplios sectores de clase media que no comparten ese concepto de Estado o el modo en que el gobierno piensa a las instituciones. En este sentido la principal fuerza de oposición mostró una oferta inteligente. Si se quería votar a un radical se podía, si se quería votar un liberal se podía, lo mismo que a un progresista.

Parece finalmente que mientras unos agrandan su menú de oferta y se ensanchan, la coalición de gobierno tiende a achicar la propuesta electoral que fue tan atractiva en 2019.

*Consultor y analista político.