OPINIóN
Líderes y seguidores

¿Quién sigue a quién?

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

Frente a las grandes transformaciones que está enfrentando la humanidad, uno de los principales problemas es la falta de buenos dirigentes que puedan gestionar adecuadamente los profundos cambios epocales que estamos viviendo. Si es cierta la frase “dime con quién andas y te diré quién eres”, en este tiempo donde se mezcla la ideología con el pragmatismo, para poder evaluar la calidad de los liderazgos lo más apropiado será analizar el tipo y compromiso de quienes los siguen.

Lo que ocurrió hace unos meses con las elecciones en EE.UU. manifiesta la visibilidad y el protagonismo que les dan actualmente las redes sociales a los “seguidores”, que más allá de troles y fanatismo, pusieron en jaque a una nación a la que muchos consideraban ejemplo de institucionalidad.

Todos seguramente adherimos o tenemos que optar por alguien o algo (persona u organización) en concreto, en función de nuestras ideas, intereses y motivaciones particulares, y es frecuente suponer, equivocadamente, que quienes tomamos esa opción pensamos y actuamos todos igual (peronistas, macristas, radicales, etc.), pero esto no es así.

La especialista en liderazgo Barbara Kellerman distingue al menos cinco tipos de comportamientos distintos:

  • Fanáticos: son generalmente minorías fundamentalistas (militancia ciega) y pueden ser un gran activo o un grave peligro para los liderazgos. Su determinación es absoluta a cualquier cosa que pueda pedir el líder. Suelen ser muy activos usando recursos digitales y son peligrosos cuando su número aumenta demasiado.
  • Activistas: manifiestan fuertemente admiración por sus dirigentes u organizaciones y se comprometen activamente para defenderlos. Difunden aciertos del líder y garantizan particularmente su continuidad.
  • Participantes: adhieren moderadamente, impulsados mayormente por emociones o intereses. Este grupo lo forman la mayoría de los seguidores y con frecuencia apoyan, se aíslan o contradicen lo que sostienen sus dirigentes, y requieren constante validación de sus creencias o intereses.
  • Espectadores: son observadores de lo que pasa pero sin llegar a asumir mayores compromisos. Se mantienen atentos y están enterados de la situación pero prefieren no involucrarse para evitar amenazas sobre sus intereses o el aumento de su participación. Frecuentemente definen una elección.
  • Aislados: personas  desconectadas de la coyuntura. Casi no participan y son personajes desencantados y sin expectativas sobre lo que pueden hacer los líderes para mejorar la realidad.

Creo que podríamos agregar a esta lista a los “mercenarios”, que son aquellos que actúan no por convicciones sino por dinero.

Pero debemos preguntarnos si son los líderes los que influyen en la opinión de sus seguidores o son las ideas, necesidades, expectativas, valores o motivaciones de determinados grupos los que generan finalmente la opinión y el proceder de los líderes. Por eso son tan importantes las encuestas para los políticos, y entonces sería correcta la frase: “Los pueblos no tienen los gobiernos que se merecen, sino que tienen los gobiernos que se les parecen”. Esta identificación biunívoca entre el líder y sus seguidores es la que determina que, más allá de las encuestas, sea tan importante en la opinión pública general el nuevo rol que juegan las redes sociales.

Siempre buscamos culpables por tantos problemas que tenemos en el país, pero si es verdad que, como simpáticamente afirma el dicho popular, “la culpa no la tiene el chancho sino el que le da de comer”, es bueno, estimado lector, que nos preguntemos: ¿A quiénes sigo y por qué? ¿Qué tipo de seguidor soy? ¿Qué puedo/debo hacer para contribuir a generar los liderazgos que reclamo y reclama dramáticamente este tiempo?

*Doctor en Ciencias Sociales, UBA.

Producción: Silvina Márquez.