El mundo se está reseteando hacia una agenda verde, que incluye un modelo de desarrollo sostenible para la salida a la post pandemia, buscando cuidar la salud de las personas, los animales, los vegetales y del medio ambiente. Con la pandemia creció la valoración de respirar aire limpio, de vivir en ciudades con más espacios verdes, la solidaridad con los más necesitados y fundamentalmente una creciente conciencia de enfrentar seriamente el cambio climático como una tarea común.
Se impone la construcción colectiva de un Pacto Verde (Green new deal) con el objeto de impulsar una economía limpia, para llegar a cero emisiones garantizando una transición justa, sin dejar a nadie afuera, protegiendo nuestros ecosistemas para mejorar el bienestar de las personas, de la economía y que tome liderazgo la acción climática.
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Será necesario transformar el sistema energético con inversiones masivas en energías renovables, rediseñar el sistema de movilidad y transporte público, reubicar el tránsito y establecer modos compatibles con el clima. Descarbonizar la economía con un plan de inversiones para reducir las emisiones de las empresas. Avanzar hacia una economía circular o bioeconomía, terminando con el modelo actual de producir, usar y tirar. La Economía Circular se está abriendo paso como una alternativa sustentable porque cambia la forma en que la sociedad produce y consume. Se busca extender la vida útil de los productos rediseñando cadenas de valor, aplicando una gestión integral de residuos sólidos urbanos (GIRSU) para que sean reutilizados en la cadena productiva junto a un uso más eficiente de los recursos naturales. Asimismo, es una nueva forma de generar empleo de calidad en toda la cadena de valor. Y promover el consumo responsable, así como el comercio justo, creando canales con sustentabilidad económica, social y ambiental.
Sabemos que hay sectores que podrían verse afectados por el proceso de transición energética, como los trabajadores del gas, el petróleo y la minería. Pero este enfoque incluye la generación de nuevos empleos, por tanto, implicará una transición justa ya que incorpora trabajadores al nuevo modelo de desarrollo económico basado en una matriz energética renovable y diversificada.
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No es un camino optativo, ya que la sobreexplotación de los bienes naturales y un estilo de vida y de valores centrados en el consumo, el economicismo, el mercado, la destrucción de los suelos y bosques, la contaminación del aire y de las aguas está desencadenando la extinción masiva de especies a un ritmo 10.000 veces superior al normal y se vuelve más que necesario trabajar en consonancia con los tiempos de crisis climática y pérdida de biodiversidad.
De la decisión colectiva de la sociedad y de la voluntad política de quienes gobiernan para llevar adelante la lucha contra el cambio climático, y la correcta valorización de nuestra dependencia de nuestros bienes naturales depende nuestra oportunidad para dar respuesta exitosa a la demanda de desarrollo social, económico, ambiental y cultural de los argentinos.
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Debe ser un esfuerzo que integre al sector público y a los privados en pos de colaborar con la reconstrucción de la economía de nuestro país luego de la pandemia del COVID-19, a través de un modelo de desarrollo económico sostenible y virtuoso que posibilite estabilizar la economía, planificar una recuperación a corto, mediano y largo plazo, impulsando los compromisos nacionales e internacionales en materia ambiental y climáticos desarrollando nuevas alianzas con los fundadores de una nueva era política para el planeta: UNA ERA HUMANISTA VERDE Y SOLIDARIA. Porque como bien señala el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.
* Silvia Vázquez, Responsable de la diplomatura universitaria en Cambio Climático y transición a la ecología de la Universidad del Salvador y ex Directora de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.