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Violencia laboral, en transición

28_11_2021_logo_ideas_Perfil_Cordoba
. | Cedoc Perfil

El 25 de noviembre fue el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Nuestro país cuenta, desde 2009, con una ley de protección integral de las mujeres, que da un marco legal para prevenirla. Según esta normativa, existen distintos tipos y modalidades de violencia contra las mujeres. Entre los tipos se encuentran la violencia física, psicológica, sexual, económica y simbólica. Las modalidades son las formas en las que se manifiestan los distintos tipos, y pueden ser doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática.

Este 2021 nos encuentra en un momento de transición, luego de un 2020 en el que la sociedad se encontró enfrentando una realidad absolutamente desconocida como fue la pandemia de covid-19.

En ese contexto, lo que sucedió fue un aumento de las denuncias por violencia laboral. Según la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral (OAVL), durante los primeros nueve meses de 2020 se advirtió un aumento del 19% de las denuncias respecto al mismo período del año anterior. El 59% fue hecho por mujeres.

El tipo de violencia más denunciado es la violencia psicológica, con un 75% del total. La sobreexigencia, el borramiento de los límites entre trabajo y vida privada, la conexión permanente y la falta de claridad de las indicaciones fueron el denominador común durante la cuarentena para quienes trabajaban desde el hogar. Algunas de esas problemáticas formaron parte del debate alrededor de la ley de teletrabajo (en vigencia desde abril de este año), que terminó, entre otras cosas, regulando el derecho a la desconexión y promoviendo horarios compatibles con las tareas de cuidado. En un momento de transición, cabe preguntarse si esos derechos no deberían ser garantizados también para quienes trabajen de forma presencial, para evitar la sobreexigencia laboral y promover la corresponsabilidad en las tareas de cuidado.

A su vez, durante la época de mayores restricciones, muchas personas tuvieron dificultades para trasladarse o recibieron presiones para asistir a sus trabajos, pese a no ser consideradas esenciales. Todas estas situaciones fueron una novedad en violencia laboral.

Por otro lado, el tipo de violencia que más creció en ese contexto fue la violencia económica. Según el informe de la OAVL, antes no se registraban denuncias por este motivo, y durante el segundo y tercer trimestres de 2020 las denuncias por violencia económica representaron el 20% del total. Hoy, la brecha de ingresos entre varones y mujeres está en su valor más alto en mucho tiempo: alcanzó un 30,6%, casi 8 puntos más que en el primer trimestre de 2020.

En el país, se está armando un proyecto de ley para adecuar nuestra normativa al convenio 190 de la OIT –que tiene el objetivo de eliminar la violencia y el acoso en el mundo laboral–, al que Argentina adhirió en 2020. Creemos que hay que poner el tema nuevamente en agenda y generar las transformaciones necesarias.

*Coordinador de proyectos de Grow - Género y Trabajo.