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Tras 22 años del crimen de Walter Bulacio, el ex comisario Miguel Angel Espósito fue condenado a tres años de prisión en suspenso, pero seguirá en libertad. “Me duele que no vaya preso. Me dio bronca, pensé que iba a estar presente, que iba a disculparse o algo, pero nada”, dijo Tamara Bulacio, hermana de Walter, detenido el 19 de abril de 1991, durante un recital de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, en el estadio Obras Sanitarias.
“Nosotros no vinimos a buscar una sentencia que nos satisficiera porque sabíamos, sabemos, que no hay absolutamente ninguna sentencia que pueda reponer lo que significa el asesinato de un pibe a manos del aparato policial”, dijo María del Carmen Verdú, abogada de la familia de la víctima, que había pedido una pena de seis años, tras la lectura del fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 29.
La abogada, que integra la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), añadió: “Es un veredicto acorde a lo que veníamos diciendo que iba a suceder, el máximo de la pena posible eran seis años, el tribunal optó por la mitad, tres años en suspenso, con lo cual tampoco tenemos posibilidad de recurrir en Casación”.
“Sabíamos que estas eran las posibilidades concretas, lo que nos interesa desde Correpi y desde la familia Bulacio es señalar que Walter es solamente uno, emblemático, pero solamente uno de los cuatro mil pibes asesinados en democracia por el aparato represivo estatal”, dijo y añadió: “Sin embargo, son apenas tres años de prisión, tres años de prisión para un comisario que lo dijo todo en sus últimas palabras, cuando agradeció a los jueces haberlo cuidado y protegido durante el proceso”.
Espósito eligió no estar presente al momento del fallo. Ya había conseguido en el debate evitar la sala de audiencias aduciendo un problema de salud y seguía las audiencias desde un edificio del Consejo de la Magistratura por teleconferencia. El acusado se limitó a decir sus últimas palabras, agradeciendo al tribunal el trato que recibió. “Simplemente quería dar al tribunal mi más profundo agradecimiento por cómo he sido tratado, por cómo me han cuidado y nada más. Sólo quiero agradecer la atención que tuvo el tribunal con respecto a mi salud”, sostuvo ante los jueces Gustavo Rodolfo Goerner, María Deluca Giaccobini y Alejandro Litvack.
Bulacio, de 17 años, fue detenido el 19 de abril de 1991 en el estadio Obras Sanitarias junto con otros 73 jóvenes en una “razzia” policial.
El arresto se dio por el Memorando 40, mediante el que la Policía podía detener a un menor sin intervención de la Justicia cuando no hubiera delito y luego entregarlo a los padres.
El adolescente apareció golpeado en la Comisaría 35 y fue trasladado a un hospital, donde murió seis días después.
El caso llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que condenó al Estado argentino por denegación de Justicia y lo obligó a reabrir la investigación.