POLICIA
“vamos a rociar de balas el negocio”

Cómo se planificó el atentado al City Center: aprietes a comerciantes, sicarios y amenazas

Las escuchas entre uno de los jefes de Los Monos y el hombre acusado de coordinar el ataque en el que murió un gerente del Banco Nación comenzaron en diciembre de 2019.

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Llamadas. Guille (der) instruyó desde prisión a Cachete (izq) para que ejecutara el ataque. | telam / cedoc

“Ya les dije a los guachos qué es lo que tienen que hacer”. La orden proviene de la voz de Maximiliano “Cachete” Díaz (31), el hombre que presuntamente planificó el ataque a tiros contra el Casino del City Center de Rosario en el que fue asesinado el gerente del Banco Nación de Las Parejas, Enrique Ensino (63). Y se lo comunica a uno de los jefes de Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, en una conversación que mantienen el martes 7 de enero pasado.

Las escuchas telefónicas que forman parte del expediente judicial prueban que el atentado fue ordenado desde la cárcel de Ezeiza, donde se encuentra detenido el capo de la narcobanda rosarina. Y que se ideó con varios días de antelación.

Cachete es el que ejecuta las órdenes de Cantero. La primera conversación entre ellos que figura en la causa es del 3 de diciembre a las 3 de la tarde y dura 17 minutos.

Cachete (C): ¿Te dijo tu vieja que dejé eso? 30. Ahora el finde te llevo los otros 20. Che... la Be... (sic) no hay señal por ningún lado.

Guille (G): Sí, sí, andá boludo.

C: ¿A la noche?

G: Sí, sí, tranquilo, tengo una chica que anda con ellos.

C: Che, tengo diez guachos de zona oeste, que hay que pasarle vehículo y coso, y empiezan a activar para nosotros.

Para los investigadores, Díaz no solo es el hombre que planifica los atentados (antes del ataque al City Center balearon dos casas ligadas a peones de taxis, el Centro de Justicia Penal y una oficina del Servicio Penitenciario de Santa Fe) y recluta a los sicarios, sino que también formaría parte del aparato extorsivo con el que la banda recauda dinero.

¿Quién es Cachete? Si bien su nombre no aparece en investigaciones anteriores, los detectives lo tenían en la mira porque era uno de los hombres de mayor confianza de Guille Cantero. De hecho, las escuchas comenzaron mucho antes del ataque contra el Hotel Casino de Rosario.

Díaz vive en la calle Pasaje Peatonal 1784, con sus padres y dos hermanos. A diferencia de los principales miembros de Los Monos, el acusado registra antecedentes laborales desde 2006 hasta 2017. En ese período trabajó para seis sociedades distintas: una aseguradora de trabajo, una firma de energía y un supermercado, entre otras empresas.      

Archivo | Las mujeres de Pájaro Cantero, claves en el organigrama narco

El extorsionador. En el expediente un testigo de identidad reservada identifica a Cachete como uno de los hombres que le exige un pago mensual de 5 mil dólares a nombre de Guille Cantero. “Me citaron en un bar, y una de las personas, que se presenta como Cachete, me pide dinero porque si no, primero me iban a rociar de balas el negocio y después atentarían contra mi familia”, asegura la supuesta víctima, un comerciante que tiene su negocio en el centro de la ciudad, en el escrito al que tuvo acceso PERFIL.

El hombre manifiesta que Cachete es Maximiliano Díaz. Describe su fisonomía y hasta asegura que puede reconocerlo. El testimonio suma a la hora de probar la relación entre el acusado y el Clan Cantero. El fiscal Luis Schiappa Pietra, de la Unidad de Homicidios Dolosos, entiende que el ataque contra el City Center tenía como objetivo generar pánico para después exigir dinero en “escenarios de seguridad”, como en el caso del comerciante que denunció haber sido extorsionado por Díaz.

La zona elegida no es casual: la familia Cantero está afincada hace muchos años en el barrio Las Flores, a espaldas del City Center. Allí todavía pueden verse los murales dedicados a Claudio “el Pájaro” Cantero, el líder de Los Monos asesinado de seis disparos el 26 de mayo de 2013.        

Schiappa Pietra asegura que el atentado que terminó con la vida del gerente del Banco Nación (ver aparte) estaba preparado para el martes o miércoles anteriores, pero finalmente decidieron ejecutarlo el sábado a las 10.30 de la noche.

El lunes 6 de enero a las 9.44 de la mañana, Cachete Díaz recibe un llamado desde la cárcel de Ezeiza. No es Guille Cantero. El que le habla es Carlos Escobar, alias Toro, un preso que evidentemente responde a las órdenes del capo de la narcobanda.

Toro (T): Escuchá, mañana el tema del ca (sic) lo hacen ustedes o querés que lo hagamos nosotros.

Cachete (C): ¿El temita de qué?

T: Del Casino de ahí...

C: Ahh, para el miércoles.

T: ¡Mañana que oh! ¡Martes!

C: Ese quiere que lo haga con el pibe este que está conmigo, porque yo le había dicho a él justo.

T: El pibe mío este iba, iba a ir él, y si querés se hace con el pibe tuyo.  

C: Bueno, ¿el pibe este, tiene auto, un tutu, algo? De última para que lo levanten de ahí. Que arreglen ellos y ya está. Yo le iba a tirar una monedita, ahí el pibe mío iba a ir con ellos.

T: Sí, sí, yo tengo a los pibes, tiene la moto boludo.

C: Ah, bueno, dale, decile que hablen con el mío, que yo ahora cuando vos te cruces con el pibe tuyo, yo le digo, yo le digo, decile vos.

T: Hablá y decí, vos hablá y decile nomás que le manden curso y después que hablen conmigo.

C: Sí, sí, quedate tranquilo, que yo igual los pibes mío ya están, pero bueno, ahora yo le digo que organicen y así si está la motito ahí nomás.

T: Sí, sí, tengo la motito ahí boludo.

Los dos sicarios que el sábado 11 de enero pasado dispararon contra el City Center se parapetaron entre los árboles y dispararon al menos seis veces con una pistola calibre 9 milímetros. Llegaron y se fueron en una moto.  

El martes 7 de enero, cuatro días antes del ataque, Cachete vuelve a hablar con Guille Cantero y le comunica las últimas novedades. Le dice que se reunió con la gente del Toro para coordinar el laburo, y le amplía que junto con el Dominicano fueron a ver los domicilios de una persona que identifican como “B”, donde se mueve.

C: Boludo, todo bien, ahí ya tipo 8 voy un ratito ahí al City a ver qué onda.

G: Sí, sí, sí, fíjate bien, hacemos bien, así nos dan algo bien piola.

C: Sí, sí, boludo... Ahí ya les dije a los guachos qué es lo que tienen que hacer así que vamos a ver cómo sale.

Gendarmes a la vista

No es una invasión ni mucho menos, pero la presencia de Gendarmería en los puntos más calientes de Rosario comenzó a notarse en las últimas horas.   Desde el jueves, los agentes de esta fuerza participan de operativos de saturación e identificación vehicular junto con agentes de la Municipalidad de Rosario.

No se trata de refuerzos externos, como se especuló en un primer momento, sino de un reagrupamiento de los mismos efectivos que estaban en la zona, aunque con otras tareas. Los gendarmes colaboran en la seguridad de la ciudad de Rosario desde mediados de 2016.

No obstante, las autoridades evalúan sumar efectivos de otras fuerzas (probablemente de la Policía Federal) para ampliar los patrullajes en los puntos de mayor conflictividad.

17 crímenes en 14 días

1º de enero: Jonathan Ancharano (23) es asesinado a tiros en Pasaje 503 y Pavón, en la zona sur de Rosario. Raúl Oscar Orellana (32) muere apuñalado en Centeno y Rodríguez, también en el sur de Rosario.

3 de enero: El gendarme Rubén Soto (45) resiste un intento de robo en la zona del Parque Regional Sur de Granadero Baigorria. Muere de un disparo en el pecho pero antes mata al agresor, Emanuel Chazarreta.

5 de enero: Lucas Velasco (26) discute con un joven y recibe una herida mortal en el tórax. La pelea ocurre en calles Gaboto y Río de Janeiro.

6 de enero: Kevin García (17) es asesinado por desconocidos que le dispara desde un auto en Racedo al 4400.

7 de enero: Nelson Barreto (18) es acribillado en las calles 27 de Febrero y Brasil. Había pactado encontrarse con una mujer para venderle un par de zapatillas. Lo atacaron desde una moto.

Leonardo Ponce (34) muere a tiros en la puerta de su casa de Oncativo 2900. Segundos antes había recibido un llamado en el que le dijeron que saliera a la calle.

8 de enero: Antonela Albornoz ( 22) y Marcelo Berlari (49) son ejecutados a balazos desde una moto en Alzugaray al 900, en la zona sur rosarina.  

 Matías Amaral (23) muere asesinado en la cama de su casa de la calle Ituzaingó al 100, en el barrio República de la Sexta. Los agresores –entre cinco y seis personas– llegaron en una camioneta Trafic, simularon un falso operativo policial y lo mataron a tiros.    

Julio Giménez (54) es apuñalado en Villa Gobernardor Gálvez. Detienen e imputan a su hijo.

11 de enero: Enrique Ensino (63), gerente del Banco Nación, es asesinado cuando fumaba un cigarrillo en el patio del Casino Hotel City Center.

13 de enero: Marcelo Melgarejo es acribillado en Pasaje 516 y Arrieta, a dos cuadras del City Center. Le dispararon desde un auto y antes le dijeron: “Esto te pasa por hacerte el loco”.

Yanina Merlo (26) aparece asesinada en Mendoza y Amuchástegui. El cuerpo tenía varias heridas de arma blanca.

14 de enero: Franco Strambi (27) es baleado por dos sicarios en moto en la zona de Felipe Moré al 3600.

Angel Avaca (32) recibe cinco tiros en calles Garibaldi y Ayacucho. Era hijo de un policía condenado a siete años de prisión como miembro de la banda Los Monos.