El juez Javier Ríos dispuso este lunes casi medio centenar de medidas judiciales para avanzar en el esclarecimiento del crimen de Ángeles Rawson, entre las cuales incluyó un análisis de su vida en las redes sociales, una pericia psiquiátrica al portero Jorge Mangeri, y la declaración de uno de sus hermanos, Juan Cruz, quien acaba de finalizar su testimonio en Tribunales.
Desde la escalinata de Tribunales y tras la finalización de la ampliación de Juan Cruz, el abogado Pablo Lanusse, representante de Franklin Rawson, padre de Ángeles explicó que al joven "se le realizaron preguntas puntuales".
"Nada de lo que se conjeturó ayer a través de unos opinólogos tiene que ver con los motivos reales de la ampliación de Juan Cruz", se quejó Lanusse. "El juez formuló preguntas, tres de las cuales hicimos nosotros respecto de un tema concreto que quedaba a nuestro modo de ver sin profundizar".
El defensor detalló: "Fueron sobre el nombre de una persona que podría haber aportado una información y sobre si en la madrugada del lunes al martes la familia, que estaba buscando a Ángeles, se cruzó con una señora que se vió en las cámaras". "Somos la única parte que puede actuar desde la verdad. Hay sólo dos personas que saben qué ocurrió: Ángeles y Mangeri. Ángeles habló en la autopsia, Mangeri hasta el día de hoy optó por mantener el silencio", lanzó.
El magistrado analizará las llamadas y mensajes que salieron de los teléfonos de la víctima y del imputado, los cuales hasta ahora nunca fueron hallados. Se trata de unas 40 medidas y diligencias que ordenó Ríos para intentar completar la investigación, más allá del procesamiento dictado sobre Mangeri al considerarlo responsable del delito de homicidio agravado por alevosía.
La defensa de Mangeri ya solicitó la nulidad de parte de la causa y apeló el procesamiento, pero esos cuestionamientos recién estarían llegando entre el miércoles y el jueves a la Cámara del Crimen de feria que analizará la cuestión. Mientras se define esta cuestión, Ríos se propuso avanzar con los puntos que quedaron pendientes en la investigación en sí.
Además de ordenar investigar al autor de una página de Facebook que celebraba el crimen de Ángeles Rawson, también se citó a declarar a una mujer que escribió un mail a la fiscalía dos días después de la desaparición de Ángeles, avisando que su empleada doméstica era vecina del edificio donde vivía la menor y que se sospechaba del portero por supuestos comentarios soeces que les hacía a las mujeres cuando pasaban. Ese testimonio es clave para la defensa a la hora de intentar demostrar que Mangeri era un sospechoso antes de que lo llevaran a declarar como testigo y se autoincriminara.
El juez también ordenó análisis de teléfono y rastrillajes en más de 800 horas de videos tomados por cámaras de seguridad de la zona para saber si el portero pudo haber sido registrado deshaciéndose del cadáver. Se ordeno también pericias en el predio de la CEAMSE y una reconstrucción de la vida social de la menor en las redes sociales. Por la gravedad del delito investigado también se dispuso un análisis psiquiátrico del acusado.
La defensa de Mangeri, en tanto, anunció en los medios que pedirá un análisis de ADN para la familia de Ángeles, pero habrá que ver si el juez hace lugar a ese planteo. Es que las pericias ya determinaron que había ADN del portero bajo las uñas de la menor, algo que se logró determinar pese a la contaminación del cadáver que terminó en un basural. Pero había otros rastros que indicaban presencia de otros datos genéticos y no fueron identificados.
Ángeles desapareció el 10 de junio cuando volvía de una clase de gimnasia a su casa de Palermo. Su cadáver fue encontrado al día siguiente en el predio de la CEAMSE de José León Suárez, hasta donde había llegado maniatado y embolsado.
La principal hipótesis es que el portero -que dijo "fui yo" ante la fiscal- la golpeó por razones que se desconocen y luego, asustado y creyéndola muerta, intentó deshacerse del cuerpo.