Carlos Burgos, el joven que fue procesado como presunto autor del disparo que recibió Carolina Píparo en una salidera bancaria y que le costó la vida a su bebé, terminó con la cara quemada en un supuesto accidente en el penal donde cumple prisión preventiva y días antes de que sea sometido a una rueda de reconocimiento.
Según la versión conocida todo ocurrió el último 28 de septiembre cuando Burgos, aislado en una celda de la Unidad Penal 9 de La Plata, llevaba un termo de agua caliente y tropezó "accidentalmente", a raíz de lo cual se quemó "el cuello, la cara la oreja y el pecho".
Una fuente consultada por DyN señaló que en todo momento la victima refirió que fue un accidente donde no participaron otras personas, aunque parecería ser un "mensaje intercarcelario" para Burgos que, hasta ahora, ha venido negando su responsabilidad en el ataque a Carolina.
"En el código carcelario siempre se va a hablar de accidentes pero esto podría ser un mensaje para Burgos para que se 'haga cargo' de lo de Carolina", dijeron a DyN fuentes consultadas.
El abogado de Burgos, Rubén Carrazone, que hasta ahora ha venido sosteniendo la inocencia de su cliente, se limitó a decir que lo sucedido "parecería ser un accidente". También afirmó que la lesión no revestía mayor gravedad y que, por lo tanto, no quedaría afectada la fisonomía para la rueda de reconocimiento que deberá hacer Carolina Píparo.
Carrazone insistió en su interés para que su cliente participe de ese rueda con el fin de que quede desinvolucrado.
Fuentes judiciales indicaron a DyN que ese trámite podría realizarse en los próximos días porque la joven y su marido aún no se fueron del país. El fiscal del caso, Marcelo Romero, ordenó un "reconocimiento psicofísico" sobre Carolina para saber si esta en condiciones de participar de la rueda de presos.
Una pareja reconoció a Burgos como supuesto autor del disparo pero la madre de carolina no pudo reconocerlo como el agresor.
Al dictar la prisiones preventivas de los acusados el fiscal Romero le adjudicó a Burgos la autoría del disparo que recibió Carolina, pese a que el abogado Carrazone viene sosteniendo que su cliente fue víctima de un complot policial por considerar que el joven -hijo de un detenido por robos- era el acusado ideal. También están presos y procesados Luciano López (19), Juan Manuel Calvimonte (24), Miguel "Pimienta" Silva (42), Carlos Moreno (19), Carlos Jordán Juárez (45) y Augusto Claramonte (44), acusados de "asociación ilícita, robo calificado por el uso de armas en concurso con tentativa de homicidio triplemente calificado y con homicidio triplemente calificado".
En esta misma causa están procesadas pero excarceladas Jennifer López Leguina (19), pareja de López, y Stella Maris Grizzia (28), ambas acusadas de encubrimiento agravado.
Todo ocurrió el último 29 de julio, cuando Carolina, embarazada de nueve meses y acompañada de su madre, fue a retirar dinero a una sucursal del Banco Santander Río en La Plata para poder firmar el boleto de compraventa de una casa. Ya había ido al banco el día anterior y el cajero había rehusado darle la suma total argumentando que no había tanto efectivo en las cajas.
Después de sacar la plata, a 20 cuadras del banco y cuando ya llegaba a su casa, motochorros cercaron el auto de Carolina, la obligaron a bajar y, tras golpearla, le dispararon un tiro.
El balazo le ingresó en el mentón y se le alejó en el pecho; el tiro comprometió seriamente su embarazo y, mientras los ladrones escapaban, la mujer fue llevada al Hospital San Roque, de Gonnet, donde la sometieron a una cesárea de urgencia.
Su bebé, Isidro, sobrevivió una semana, mientras Carolina estuvo 43 días internada -la mayoría del tiempo inconciente- hasta que pudo salir del hospital y ahora planea irse a vivir al exterior para comenzar una nueva vida junto a su marido.
Fuente: DYN