El caso del joven Rodolfo Ramón González, secuestrado y fusilado en las últimas horas, recordó al primer hecho de secuestro exprés que terminó en asesinato, el de Juan Manuel Canillas, ya que las dos víctimas fueron "levantadas" en el barrio de Saavedra, de donde eran oriundos.
El caso de Canillas, que tenía 23 años, ocurrió en medio de una Argentina jaqueada por el "corralito" y el auge de los secuestros exprés y sacudió a la sociedad a mediados de 2002, porque se convirtió en el primer hecho que demostró que no había ninguna certeza cuando se pactaba con delincuentes: la familia había pagado el rescate pero al chico lo mataron igual.
En la tarde del 12 de julio de 2002, el joven salió de trabajar en el negocio de su padre, en la zona de la Facultad de Medicina, para ir a su casa, en Saavedra.
Pero en el trayecto tres hombres abordaron su Honda Civic y, vía celular, exigieron a la familia que los esperaran en la puerta con dinero.
Antes de cortar, Juan Manuel les dijo a sus padres que sacaran lo que él tenía ahorrado en una caja de té de metal que estaba en su cuarto.
Guillermo Canillas, padre del chico, reunió unos 300 pesos ("eran tiempos difíciles, de 'corralito'", recordó la madre del joven durante su declaración ante la Justicia) y esperó en la puerta de su casa, sobre la avenida General Paz al 700.
Pero cuando el auto llegó, uno de los secuestradores -que el hombre pudo reconocer entre los detenidos- le arrebató el dinero y lo golpeó. Guillermo Canillas cayó al piso, con sus anteojos rotos, mientras notó que, lejos de liberar a Juan Manuel, los delincuentes -enojados porque el dinero era poco- se lo llevaban nuevamente.
El cadáver del muchacho apareció cerca de la medianoche, con un tiro en la cabeza, en la calle Aguero al 1330 de Balneario, en Vicente López. El auto, cuatro horas después, fue encontrado abandonado en la zona de Florida.
Canillas fue la primera víctima asesinada durante su secuestro exprés, pero hubo otras que estuvieron en cautiverio y fueron ultimadas por sus captores.
Fuente: DYN