POLICIA
su papá fue funcionario durante la primera presidencia de carlos menem

El hijo de un ex ministro del Interior lleva dos años prófugo y evita un juicio por secuestro

Mariano Mera Figueroa Alba tiene pedido de captura desde marzo de 2019. Tres de sus cómplices en una de las causas están siendo juzgados y podrían recibir penas de hasta 11 años de prisión.

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Poder. Viajó al Vaticano con su familia. Es primo de Urtubey y del senador Dalmacio Mera. Por su captura ofrecen recompensa. | cedoc

Mariano es abogado, tiene 52 años y un apellido históricamente ligado al poder: Mera Figueroa. Es hijo de Julio, el exministro del Interior en la primera presidencia de Carlos Menem que falleció de un infarto en mayo de 2002, y primo del exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y del senador Dalmacio Mera. No le faltan contactos ni influencias para mantenerse prófugo de la Justicia. Ya lleva dos años viviendo en la clandestinidad. Pero pocos saben dónde está. Y cómo vive.

Lo buscan por delitos graves: “abuso sexual, lesiones dolosas leves y privación ilegítima de la libertad”. Una de las causas en la que Mariano Mera Figueroa Alba está procesado ya está siendo ventilada en juicio oral y tres de los acusados podrían ser condenados a penas de hasta once años de prisión.  

Para el fiscal Oscar Ciruzzi, el hijo del exministro es “responsable directo” del secuestro de una mujer, ocurrido en el barrio porteño de La Boca, en septiembre de 2018.    

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La víctima fue citada en un bar de Almirante Brown y Pilcomayo. Mera Figueroa, que en ese entonces trabajaba como asesor en la Municipalidad de Merlo, y dos empleados de la Comuna, Osmar Moyano y Ernesto Duarte, bajaron de un auto Fiat Stylo, subieron por la fuerza a la mujer y la llevaron hasta una parrilla de Merlo, propiedad del hijo del exministro. 

Según explicó Ciruzzi en su alegato, estos tres hombres la amenazaron y le dijeron que debía cambiar una declaración que la mujer había realizado en una fiscalía de Morón, por dos casos de abuso sexual contra el abogado. 

La víctima trabajaba en la casa de Mera Figueroa como ama de casa. En 2018 lo denunció porque una noche la habría obligado a practicarle sexo oral. El abogado ya tenía una denuncia anterior por el mismo delito, que había sido realizada por una vecina. 

La amenaza. “Vos sabés lo que les pasa a los traidores; si haces las cosas mal, vas a saber lo que te va a pasar, te vamos a matar”, la apretaron en la parrilla, mientras la golpeaban. Para que no le quedaran dudas que estaban hablando en serio, de allí la llevaron hasta una casa cercana, donde estaban retenidas sus hijas, quienes habían sido llevadas hasta allí por su expareja.  La idea era mantenerla cautiva hasta la mañana siguiente y acompañarla hasta la fiscalía para que retirara la denuncia. Lo que pretendían era asegurarse de que el apriete había servido para modificar el rumbo de la investigación.   

En los tribunales es que aparece el cuarto implicado, Juan Omar Schirmo, también abogado y amigo de Mera Figueroa. Según la acusación, le reiteró a la mujer que debía modificar sus dichos en dos expedientes que involucraban al hijo del exministro por abuso sexual y lesiones. 

La víctima contó que le dieron una hoja para que rectificara su versión anterior y que ella escribió lo que le habían indicado. Luego de entregar el escrito, la llevaron de regreso a la casa para que se reencontrara con sus hijas. 

Lo que los captores no sabían era que la noche anterior, la mujer había podido utilizar un celular de su ex para pedirle ayuda a una amiga, quien se puso en contacto con la Brigada Antisecuestros de la Policía Federal. Cerca de las dos de la tarde, cuando ya había cambiado su declaración, la mujer fue rescatada y trasladada hasta una dependencia policial, donde constataron las lesiones que presentaba. 

“A la víctima se la sustrajo, se la retuvo y se la obligó a hacer algo en contra de su voluntad como era cambiar sus dichos en dos causas”, les dijo el fiscal a las juezas Marcela Rodríguez y Silvia Mora, y al juez Alejandro Noceti Achaval, los tres integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº10 que llevan adelante el juicio que se reanudará el próximo viernes 30 de abril.

La versión de la víctima pudo acreditarse mediante el análisis de distintos llamados telefónicos que mantuvieron los cuatro acusados por el secuestro. 

“La verdad del relato de la mujer tiene sustento en todas estas llamadas y mensajes”, explicó el fiscal, y sumó otra serie de intercambios entre Schirmo y Mera Figueroa la mañana en que la víctima fue llevada hasta la fiscalía. “Todos los dichos de la víctima no fueron desvirtuados ni siquiera por el andamiaje testimonial armado por quién se encuentra prófugo en la causa”, advirtió en relación con la participación del hijo del exministro.

En base a las pruebas recolectadas, Ciruzzi pidió que Moyano y Duarte sean condenados a 11 años de prisión y Schirmo a 10. Además, reclamó que investigue a cuatro personas que declararon en el juicio por el delito de falso testimonio. 

Un cuidacoches, que fue presentado en el juicio por la defensa de los acusados, puso en duda la versión del secuestro, al declarar que él había sido testigo del supuesto rapto, pero dijo se trató de una “discusión”. Sin embargo, el fiscal desestimó su testimonio por el vínculo que supuestamente el testigo tiene con Mera Figueroa: no solo lo tenía agendado en su teléfono, sino que además intercambió llamadas y mensajes con el prófugo, entre ellos una invitación a un cumpleaños. 

Sobre el paradero del prófugo poco se sabe. Algunos aseguran que está en Buenos Aires y que nadie lo busca, y otros que abandonó el país. Seguramente siga atento el juicio, porque una absolución de sus cómplices -algo poco probable- podría cambiar su situación.

 

El pedido a Rafa Di Zeo

Para los investigadores está probado que hubo una planificación para secuestrar a la mujer y que, incluso, Mariano Mera Figueroa llegó a contactar a Rafael Di Zeo, uno de los jefes La 12, como se conoce a la hinchada de Boc, porque la mujer que buscaban estaba vinculada a la barra.    

El dato es más que curioso porque el prófugo no solo es hincha fanático de River sino que además fue candidato a presidente del club.  

En el juicio, que continuará el próximo viernes, el fiscal Oscar Ciruzzi destacó en su alegato los mensajes que Mera Alba intercambió con Di Zeo. “Mirá que la estuvieron buscando en la cancha y no la vieron pero si no es hoy, es el domingo”, escribió Di Zeo. La víctima es hincha de ese club y la noche en la que fue secuestrada había estado en el estadio ya que se jugaba un partido de la Copa Libertadores. La mujer se tuvo que ir casi al inicio del encuentro porque le avisaron que su ex pareja se había llevado a sus niñas, a las cuales volvió a ver una vez que fue captada.