La cárcel de San Martín vuelve a ser noticia en Córdoba. Una inspección judicial descubrió la existencia elementos de tortura en el interior del penal. La visita a la cárcel fue realizada por el fiscal Abel Córdoba, quien encontró dos camastros de hierro y diecisiete cadenas que eran utilizadas como elementos para ejercer castigos físicos en los internos.
La inspección fue realizada con el consentimiento de las autoridades del penal, pero la ministra de Justicia de la provincia, Graciela Chayep, denunció al fiscal por haber ingresado "irregularmente". "Para ingresar a una cárcel para hacer una inspección, no se necesita una orden de allanamiento", aclaró Córdoba.
El funcionario explicó que en la cárcel de San Martín recibieron "muchísimos testimonios de detenidos que con mucho temor contaron sus padecimientos y hablaron del método que allí se aplica". "Cuando protestan por alguna razón o hacen planteos ante los guardias, son golpeados y los llevan arrastrando hasta el hospital del penal, donde los amarran con cadenas a camastros de hierro", agregó. Las cadenas fueron retiradas y entregadas a la Fiscalía Federal de la provincia para que tome intervención en el caso.
Además, en su cuenta de Twitter fustigó a los funcionarios municipales y provinciales: “Un funcionario no puede pasar por una sala de máquinas para tormentos (camastro atornillado al piso, y cadenas) y avalarla con indiferencia” aseguró.
“Desapoderar al verdugo de los instrumentos de tortura es necesario e ineludible ante el mal inminenente y grave para las víctimas d torturas. La función preventora de torturas inminentes es parte del fundamento para inspeccionar cárceles donde se violan DDHH y también el fundamento para adoptar medidas que impidan en el momento que se continúe con las conductas contra la integridad de los detenidos. El fundamento clínico es irrisorio para justificar las cadenas: en qué maletín médico puede haber cadenas” completó.
La agrupación HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) manifestó su preocupación por los actos de tortura y de violación de los Derechos Humanos que padecen los internos de de la cárcel San Martín, de la ciudad de Córdoba.
Una cárcel con historia negra. No es la primera vez que el penal de San Martín aparece en la primera plana de los medios. El 10 de febrero de 2005, se vivió uno de los motines más sangrientos en la historia de la provincia, con un saldo de ocho muertos y 30 heridos.
(*) Especial para Perfil.com