La psicóloga María Teresa López de Fernández (62) es quien mejor conoce a Romina Tejerina (29): fue su perito de parte en el juicio, la trató durante los nueve años que pasó en prisión y, hasta el día de hoy, recien liberada, continúa siendo su terapeuta. El vínculo entre ambas es de larga data.
En el juicio que la condenó por matar a su bebé recién nacida de 21 puñaladas, López de Fernández la examinó y determinó que, al dar a luz, sufrió “un ataque de emoción violenta, un episodio psicótico agudo”, argumento discutido por otros peritos judiciales. El planteo de inimputabilidad que luego presentó la defensa, ante una fiscalía que pedía prisión perpetua, no fue admitido. En junio del 2005, Tejerina fue condenada a 14 años de prisión bajo la figura de homicidio agravado por el vínculo.