Gonzalo Lizarralde, el hombre que afronta un juicio por jurados en Córdoba como acusado de matar a puñaladas y arrojar a una alcantarilla a su ex pareja junto a su pequeña hija, que sobrevivió, declaró este lunes por primera vez ante la Justicia, en una breve exposición en la que intentó refutar algunas de las evidencias en su contra y durante la cual no aceptó responder preguntas.
Al declarar ante la Cámara 11 del Crimen de Córdoba, en el marco del juicio por el "homicidio calificado por el vínculo, violencia de género y alevosía" de Paola Acosta y el "homicidio calificado agravado por el vínculo y alevosía en grado de tentativa" por el ataque de la hija de ambos, el acusado sólo relató algunas secuencias del último día en que la víctima fue vista con vida, hace un año, el 17 de setiembre de 2014.
Ese día, contó Lizarralde, fue a encontrarse con ella porque debía pagarle la primera cuota alimentara por la niña, tal como le ordenó la Justicia, tras lo cual se retiró sin inconvenientes.
Sin embargo, poco después el cuerpo de la mujer fue hallado en el interior de una alcantarilla al que había sido arrojada por una boca de tormenta, junto a su hija de un año y nueve meses, que estaba viva,
Ante los jueces, el acusado dijo que su relación con Paola fue eventual, de dos o tres encuentros, y de corta duración, con lo que se presume intenta desvirtuar los cargos que agravan su situación procesal, según admitió el fiscal del caso, Diego Albornoz.
Además, Lizarralde se refirió al hecho de que su camioneta hubiera sido lavada al día siguiente del hecho con presuntas intenciones de limpiar rastros de la víctima, como dijeron testigos, al explicar ante el tribunal que era "usual" que lo hiciera.
Sobre lo ocurrido en la noche del crimen, el hombre contó que fue a la casa de ella a dejarle el dinero y que el encuentro fue breve.
"Voy a su casa (en barrio San Martín) y pago la primera cuota (alimentaria) pactada", dijo, tras lo cual agregó que Paola bajó con la niña y que fue ese día el que la conoció.
"Hable con ella todo bien, todo tranquilo, le dejé la plata, me firma el recibo", describió Lizarralde sobre lo que, asegura, fue el último contacto con Paola.
Las palabras del acusado se escucharon tras el paso de cuatro testigos técnicos que declararon sobre el hallazgo de manchas de sangre halladas en la caja de la Peugeot Expert del acusado, la que será inspeccionada el próximo jueves en el marco del juicio.
Tras la declaración de Lizarralde,la hermana de la víctima, Maru Acosta, dijo que "intentó desmentir todas las verdades" que surgieron en el debate.
"Está con el agua hasta el cuello. Habló de su trabajo, de lo que hacía en su trabajo. Tampoco se dijo culpable o inocente. Su palabra no tiene validez", sostuvo la joven.