Mientras los dos hombres que lo atropellaron cuando huían en moto tras cometer dos robos se reponen de las heridas sufridas en el accidente y aguardan recuperar su libertad, el cuerpo de Agustín Sartori, un rugbier de 18 años, fue inhumado ayer por la mañana en el Cementerio de la Recoleta, donde una multitud se dio cita para despedirlo, al tiempo que exigían “justicia” ante lo que consideraron una muerte “inexplicable”.
Agustín murió el pasado miércoles por la noche después de que dos “motochorros”, identificados como Santiago Segunda, de 27 años y Pedro Calabresi, de 29, lo atropellaran en la intersección de Luis María Campos y Benjamín Matienzo, en el barrio porteño de Belgrano.
Según pudo constatar la Policía, los dos hombres –que permanecen internados– acababan de robar las carteras de dos mujeres y huían a una velocidad aún no determinada del lugar del hecho cuando embistieron contra el joven.
Sin embargo, por ahora los dos hombres enfrentan acusaciones lo suficientemente débiles como para que recuperen pronto la libertad: dos tentativas de robo y el cargo de homicidio culposo, por el que se supone que la muerte de Agustín, un rugbier que entrenaba para ingresar al equipo de Los Pumitas, fue un accidente.
“Esperamos que se presenten nuevos testigos que nos ayuden a probar un homicidio con dolo, que contempla una pena de ocho años. Esto querría decir que los hombres, por la velocidad a la que iban, podrían haber previsto el desenlace”, explicaron a PERFIL fuentes de la investigación, que no sin decepción confirmaron que quienes se presentaron hasta el momento a declarar no pudieron dar mayores detalles del episodio.
“Confiamos también en que, desde el Juzgado de Instrucción 31, a cargo de Susana Castañiera, se hará lo posible para establecer la calificación con mayor pena”, agregaron.
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