El denominado "robo del siglo" al Banco Río de Acassuso, cometido en enero de 2006, ya no tiene detenidos, debido a que el último que estaba preso, Rubén Alberto de la Torre, alias "Beto", salió hoy de la cárcel para aguardar el juicio oral con arresto domiciliario.
El resto de los acusados, Luis Mario Vitette Sellanes, alias "Mario" o "Uruguayo"; José Julián Zalloecheverría, alias "El Gordo Julián"; Fernando Araujo y Sebastián Norberto García Boslter, alias "Marciano" o "El Ingeniero", ya cumplían con arresto domiciliario o con una prisión preventiva morigerada.
Los cinco sospechosos están procesados y a la espera del juicio oral, que aún no tiene fecha de inicio, por los delitos de "robo doblemente calificado por el uso de armas y por ser cometido en lugar poblado y en banda, en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada, tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimientos reiterados".
Leonardo Eimingis y Ernesto Vissio, abogados de "Beto", dijeron a Télam que la Cámara de Apelaciones de San Isidro aceptó anoche que De la Torre cumpla con el arresto en su casa luego de rechazar por "inadmisible" un recurso de los fiscales del caso que se oponían a que el acusado gozara de ese beneficio.
En un primer momento, el Juzgado de Garantías 3 de San Isidro le había otorgado a De la Torre la prisión domiciliaria y por esa razón el Ministerio Público apeló la medida ante la Cámara, que finalmente no hizo lugar.
Los defensores señalaron que "Beto", de 52 años, salió esta mañana de prisión y fijó domicilio en el barrio Zavaleta de Flores, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"A nadie le puede sorprender esta excarcelación ya que rige el principio constitucional de presunción de inocencia hasta que se lleve a cabo el juicio", opinó Vissio.
Si bien los abogados están seguros de la inocencia de "Beto", admitieron que agencias de turismo le ofrecieron al sospechoso trabajar como una atracción para los visitantes extranjeros que quieren saber cómo se concretó el denominado "robo del siglo".
El equipo de fiscales que investigó el caso, integrado por Jorge Ariel Apolo, Eduardo Vaiani, Duilio Cámpora y Fabián Brahim, dio por cerrada la etapa de instrucción y solicitó que los cinco acusados sean sometidos a juicio oral.
Según los fiscales, el botín que se llevaron del banco fue de "al menos ocho millones de dólares", de los que se recuperaron sólo un millón y medio, el equivalente a un 18 por ciento.
El espectacular robo comenzó a las 12.38 del viernes 13 de enero de 2006 cuando dos de los delincuentes accedieron al garage de la sucursal en un Ford Escort robado.
Minutos después, por la puerta de acceso al banco situado en la esquina de avenida Del Libertador y Perú, de Acassuso, otros dos asaltantes irrumpieron armados al grito de " Todos al piso!".
El quinto delincuente llegó en otro auto robado, un Volkswagen Gol, que dejó abandonado en la calle Perú y fue el último en entrar y el encargado de cerrar la puerta.
Los asaltantes obligaron a salir de la casamata de seguridad al policía Walter Serrano, lo desarmaron, se apoderaron de su equipo Nextel para entablar las negociaciones y lo liberaron.
Los ladrones tenían a 23 personas como rehenes, entre clientes y empleados, y a la jefa operativa y al contador del banco los obligaron a abrir el tesoro de donde robaron 600 mil pesos.
A las 14, liberaron al vigilador privado del banco y 10 minutos después a una de las clientas. A las 15, los asaltantes pidieron pizzas y gaseosas y prometieron liberar a todos.
Sin embargo, más de cuatro horas después de perder todo tipo de contacto, el grupo táctico Halcón irrumpió a las 19.30 pero sólo se encontró con los 21 rehenes restantes, el tesoro abierto y 145 cajas de seguridad saqueadas.
Los delincuentes habían escapado por un boquete ubicado detrás de un mueble en el vestuario del personal de limpieza que conducía a un túnel de 10 metros de largo que, a su vez, se conectaba con el desagüe pluvial que circula por debajo de la calle Perú.
Allí, los ladrones cargaron lo robado en dos gomones y fueron hasta una alcantarilla situada a 14 cuadras, donde los aguardaba otro cómplice en una camioneta a la que se le había realizado un agujero en el fondo y un sistema de poleas para subir el botín. Así, los delincuentes huyeron en ese rodado mientras 200 policías los buscaban.
En base a los datos obtenidos a través del sistema de análisis de comunicaciones VAIC II Telemétrico y de los nombres aportados por una mujer despechada, los cinco acusados fueron detenidos a partir de febrero de 2006 en distintos puntos del país.
En todos los allanamientos realizados se recuperaron cinco kilos de joyas, cinco autos y un departamento -comprados por los imputados- y, en efectivo, casi un millón y medio de dólares. El resto del botín nunca apareció.
Fuente: Télam