Mientras el Gobierno continúa tratando de templar las reacciones sobre la asunción del exarzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, como nuevo Papa, un artículo publicado por El Cronista Comercial reavivo el escándalo y provocó un fuerte impacto mediático y en las redes sociales al involucrar -sin mencionarlos directamente- al embajador argentino en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, y al secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto.
Según la investigación del periodista Roman Lejtman, "el Vaticano confirmó que la diplomacia argentina en Italia redactó y distribuyó entre ciertos cardenales un dossier sucio para bloquear la posible designación de Jorge Mario Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI". "El dossier sucio, entregado a los cardenales antes del cónclave para designar al nuevo Sumo Pontífice, se urdió sobre las notas escritas por el periodista Horacio Verbitsky", prosiguió.
"En el Vaticano aseguran que la falsa denuncia contra Bergoglio fue cocinada por un diplomático argentino de apellido histórico en el peronismo (el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero), tramada por un legislador nacional vinculado a los organismos de Derechos Humanos (en alusión al secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto) y filtrada a los electores del futuro Papa por un cardenal que conoce las desavenencias entre Francisco y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner", precisó.
Perfil.com consultó al funcionario, hijo de Estela de Carlotto, quien negó haber tenido cualquier tipo de participación en el caso. "Mi hermano y yo -porque no sabemos a cuál de los dos se refiere- no tenemos nada que ver con esto. Leí la nota y me tenté de la risa, me causó mucha gracia", aseguró Carlotto, quien salió en defensa tanto propia como de su hermano, Remo.
El excandidato a intendente en La Plata insistió en que la información de Lejtman "es una locura, un cosa inventada, digna de un sketch de Capussoto. Estas cosas de conspiraciones... Como si pudiéramos hacer algo así".
Carlotto, también exsenador bonaerense dijo que "hay que escuchar a la Presidenta o a Gabriel Mariotto. Todo lo contrario a lo que dice la nota: nos beneficia que el Papa sea argentino". "Todo esto es inexistente. Parece una novela de Dan Brown", comparó.
A contramano de las apreciaciones de su hijo, Estela de Carlotto, sí criticó a Francisco: "Bergoglio pertenece a la Iglesia; hoy representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país", señaló. "Hasta ahora, la Iglesia no ha hecho un mea culpa ni ha dado un paso para colaborar con la verdad, la memoria y la Justicia", fustigó.